viernes, 27 de junio de 2008

La novela española

El fútbol es lenguaje. Sí, si colocamos cada signo, cada rasgo de artesanal factura, cada gesto de irreprochable heroicidad, cada despliegue técnico y físico que invoca la apropiación de la pelota con un solo pie, en medio de una selva ignota de piernas, tendremos una página cuya lectura nos deja el sabor de un capítulo de folletón semanal. Por eso exigimos más de ese autor demiúrgico que organiza, desde el vestidor, un texto conformado por once formas distintas de concebir el fútbol, configuradas a plenitud en un diálogo concreto de armonía.

¿Qué era España antes del juego contra Rusia? ¿Qué era la Furia Roja antes de ofrecer su concierto del tiempo complementario? ¿No era una de esas novelas por entregas cuyos capítulos iniciales nos ofrecían expectativas, y al final, terminaba en una marejada de lugares comunes, metáforas manidas, descripciones torpes? ¿No fue la telenovela que pugnaba por la incorporación de Raúl sino algo menos que eso: una crónica mediática escrita a muchas manos para acuchillar a Aragonés ante el hipotético fracaso de la selección?

Dicha pugna se convirtió ayer en menos que lo anterior: se transformó en una hoja de vileza, suelta en el olvido de un país en plan de carnaval. Mis permanentes alusiones a España como mi favorito no es gratis. Tienen una de las mejores medias del mundo, con jugadores dotados de una técnica indiscutible pero, sobre todo, de una madurez y una frialdad necesarias para solventar empresas de riesgo. Sin embargo, la media española no es un muro, al contrario, posee una flexibilidad que le permite a Aragonés un arrojo de sabiduría táctica como el de ayer, al meter a Cesc Fábregas (un jugador que combina la frialdad en la definición y la asistencia con una radiante alegría cuando tiene la pelota en los pies) por el lesionado Guaje Villa. Adelantó a Silva y Silva metió gol como un falso delantero capaz de rematar y botarse en busca de balones. Metió al estupendo Dani Gûiza -impugnado también por muchos aficionados españoles- y el jerezano metió gol. Le removió las entrañas a un voluntarioso pero inexacto Andrecito Iniesta, y el manchego dio un segundo tiempo perfecto.

De hecho, todo el segundo tiempo de España fue perfecto. Asistimos a un baile de prodigiosa armonía entre un fútbol asociación, un fútbol de elaboración veloz y consciente por todas las zonas del campo, un fútbol de toque continuo y vertiginoso, y un fútbol cansino, esperanzado en la calidad de un par de individualidades que finalmente sucumbieron, sí, ante una media omnipresente y letal. Si el fútbol es justo -que en realidad no lo es- España debe coronarse el domingo. Pero enfrente tiene a Alemania, esa novela de épica y triunfo que nadie quiere leer pero que finalmente terminamos leyendo.

Daesu

1 comentario:

Antonio Vera dijo...

coincido plenamente contigo. no voy al estadio. no conozco los nombres de los jugadores de mi equipo (el alicaido alianza lima) y debo pensar un momento antes de encontrarle un sentido a la frase "marcador central". en los partidos de esta eurocopa sólo he podido percatarme de que richard pereyra siempre confunde a los jugadores cuando la cámara lo hace evidente. lo digo sin alardear: se tanto de futbol como nuestros periodistas televisivos (un poquito mas que nada). pero aun así, creo que en el partido del domingo no sólo se pone en juego la copa, sino algo así como dos morales de la forma, dos éticas, dos visiones de mundo.
si turquía ganaba el partido, hubiera sentido por el resto de esa tarde que el mundo no está tan mal. pero talvez no era justo que lleguen a la final turcos y españoles. si gana españa mi alegria no tendra nada que ver con la euforia de los millones de hinchas españoles y menos con el horrendo culebrón mediático que los exacerba. pero sí con la posibilidad de echar por tierra ese lánguido concepto de heroísmo que transmite la selección alemana: esfuerzo, esfuerzo, esfuerzo. épica trucha, por cierto, pues al fuerte el esfuerzo hasta lo aburre (aunque para ser justos, aunque no sea relevante serlo, habría que destacar el tiro libre de ballack ante rep. Checa y el juego ante Portugal).
sera ademas una alegría poco deportiva: me emputa la traza yuppi de Low y la pinta de milico de schweinsteiger.

recojo de la edición online de el mundo dos cosas: un foro llamado "discúlpese con aragonés" y una frase de Menotti: "Hoy España es el coraje del torero y no del toro".

hasta el domingo.