domingo, 29 de junio de 2008

Apuntes de un irreverente capítulo…


Joachin Löw, Dt alemán, oyó demasiado a la pesada tradición del fútbol alemán esa que precisa que el fútbol es una gesta pragmática entre dos fuerzas contrarias que se enfrentan y en la que la tenacidad y el vigor determinan la suerte del vencedor. Hoy, el canon del fútbol alemán perdió el partido y todo el peso de una tradición sufrió una interesante embestida. La estantería del tricampeón mundial sufrió una fisura ya que España escribió un irreverente capítulo para desarmar, desactivar, desmontar y desestructurar el inquebrantable peso de la historia futbolera al proponer un fútbol tejido sobre la grama, dibujando circuitos, desarmando talentos y asociaciones futbolísticas. A continuación repaso brevemente algunas de las líneas de este capítulo:

· El primer mandamiento del fútbol alemán señala la importancia de la potencia física por sobre cualquier detalle técnico. Frente a esta “verdad” germánica invulnerable, el técnico Löw optó por la fuerza de sus jugadores para rebatir el fútbol de los bajitos españoles. Sustituyó al talentoso Lahm -¿Se puede entender esta sustitución como un castigo por el gol concretado por Torres?- por el enorme Jansen con el fin de que en el duelo físico con Ramos el teutón pueda arrollarlo. El resultado fue al revés Ramos atropelló las veces que quizo al enorme dubitativo Jansen. Más tarde sacó a Hitzlperger, de fútbol punzante y estratégico, y puso en cancha a Kuranyi (extraña combinación que equilibra tres genomas, el genoma panameño -brasileño -alemán), un gigantón de fútbol torpe que su habilidad se reduce a ensuciar el partido con faltas. Löw no se cansó de equivocarse y en un acto reprochable e inexplicable sustituyó el fútbol de Klose por el de Gomez que optó por mimetizarse con la nada. Al parecer el racionamiento futbolístico de Löw apuntaba contrarrestar el talento de los bajitos: Xavi, Iniesta y Fábregas, con la marca y el peso de los gigantes teutones. Sin embargo, los bajitos hirieron estratégicamente el fútbol alemán.

· El segundo mandamiento del fútbol alemán manda sobre poblar el centro de la cancha con puro músculo y montar un dispositivo táctico que desborde generalmente por la izquierda. Sin embargo, este dispositivo que se sostiene sobre los hombros de Ballack y en menor medida del pistón Frigs perdió la brújula y la moral en el minuto 33 instante en el que el Niño Torres fractura el arco de un temeroso Leman. Mientras el dispositivo alemán funcionó los germanos tomaron la pelota y asfixiaron la creatividad española. España sufría y hacía del pelotazo una improvisada herramienta para sostener un partido que en la apariencia que denota la historia parecía de propiedad alemana. Sin embargo, las filigranas del niño Torres despertaron hasta las sombras de los once españoles, que jugaron y oscurecieron el fútbol de los tricampeones. En esas circunstancias, irrumpió en el partido Senna que amarro con enormes dosis de coraje el fútbol de contención de España y sobre esa trinchera despertaron las certezas del juego de Silva, Xavi, Fábregas y sobre todo del genio de Andrés Iniesta. Fue en ese vaivén que Xavi con patada de golfista le dio una ruta de rayo al balón que atravesó las espaldas de los centrales y Torres confundió a Metersacker que se quedó atado al césped y Torres como un fantasma traspasó la marca del cohete Lahm. El Niño Torres levantó la pelota con una toque leve, como se difumina al púrpura que despliegan a las medusas, la pelota sin temor a la física entró al arco. España: ¡Campeón de la Eurocopa! Nada más, ni nada menos…

viernes, 27 de junio de 2008

La novela española

El fútbol es lenguaje. Sí, si colocamos cada signo, cada rasgo de artesanal factura, cada gesto de irreprochable heroicidad, cada despliegue técnico y físico que invoca la apropiación de la pelota con un solo pie, en medio de una selva ignota de piernas, tendremos una página cuya lectura nos deja el sabor de un capítulo de folletón semanal. Por eso exigimos más de ese autor demiúrgico que organiza, desde el vestidor, un texto conformado por once formas distintas de concebir el fútbol, configuradas a plenitud en un diálogo concreto de armonía.

¿Qué era España antes del juego contra Rusia? ¿Qué era la Furia Roja antes de ofrecer su concierto del tiempo complementario? ¿No era una de esas novelas por entregas cuyos capítulos iniciales nos ofrecían expectativas, y al final, terminaba en una marejada de lugares comunes, metáforas manidas, descripciones torpes? ¿No fue la telenovela que pugnaba por la incorporación de Raúl sino algo menos que eso: una crónica mediática escrita a muchas manos para acuchillar a Aragonés ante el hipotético fracaso de la selección?

Dicha pugna se convirtió ayer en menos que lo anterior: se transformó en una hoja de vileza, suelta en el olvido de un país en plan de carnaval. Mis permanentes alusiones a España como mi favorito no es gratis. Tienen una de las mejores medias del mundo, con jugadores dotados de una técnica indiscutible pero, sobre todo, de una madurez y una frialdad necesarias para solventar empresas de riesgo. Sin embargo, la media española no es un muro, al contrario, posee una flexibilidad que le permite a Aragonés un arrojo de sabiduría táctica como el de ayer, al meter a Cesc Fábregas (un jugador que combina la frialdad en la definición y la asistencia con una radiante alegría cuando tiene la pelota en los pies) por el lesionado Guaje Villa. Adelantó a Silva y Silva metió gol como un falso delantero capaz de rematar y botarse en busca de balones. Metió al estupendo Dani Gûiza -impugnado también por muchos aficionados españoles- y el jerezano metió gol. Le removió las entrañas a un voluntarioso pero inexacto Andrecito Iniesta, y el manchego dio un segundo tiempo perfecto.

De hecho, todo el segundo tiempo de España fue perfecto. Asistimos a un baile de prodigiosa armonía entre un fútbol asociación, un fútbol de elaboración veloz y consciente por todas las zonas del campo, un fútbol de toque continuo y vertiginoso, y un fútbol cansino, esperanzado en la calidad de un par de individualidades que finalmente sucumbieron, sí, ante una media omnipresente y letal. Si el fútbol es justo -que en realidad no lo es- España debe coronarse el domingo. Pero enfrente tiene a Alemania, esa novela de épica y triunfo que nadie quiere leer pero que finalmente terminamos leyendo.

Daesu

jueves, 26 de junio de 2008

El chip Fábregas

En medio de una copiosa lluvia España sobre la base de artilugios y artificio futbolero concretó una interesante puesta en escena en el antiguo estadio de Prater de Viena. La clave de su fútbol tuvo a la posesión del balón como su principal herramienta. Los españoles hurtaron el balón a los rusos y no lo escondieron, sino que lo hicieron rodar con aguda inteligencia gracias al brillante trabajo de ese obrero-orfebre Senna.

España con un guión que marcaba como prioridad a la posesión del balón recurrió a los pases cortos, a las triangulaciones que abrumaron a los rusos. El onceno de Aragonés con una paciencia admirable diseñó una fina arquitectura en la zona medular de la cancha y optaron por el toque, por abrir el juego en las puntas, habilitando a ese interesante pistón, Ramos.

Fábregas transformó a la cancha en un escenario virtuoso de arte, demostró en qué consiste la función de un armador que comunica con poesía los balones hacia el gol (dos de los tres goles concretados partieron de los pies de Cesc). Y cabe añadir que Aragonés estructuró un andamiaje defensivo que anuló al punzante Arshavin y a un apático equipo ruso que agachó la cabeza y que nunca se paró en la cancha a analizar el partido.

El núcleo del partido se abrió en el minuto 34 del primer tiempo. El goleador Villa se lesionó y Aragonés frente a esa urgencia le cambió de chip a la máquina y dio una profunda vuelta de tuerca al partido ya que irrumpió Cesc Fàbregas, quien asumió la función de desatar los nudos que entrampaban la gesta. La máquina futbolística comandada por Fábregas despertó el inteligente fútbol de Xavi e Iniesta. Con este eficaz funcionamiento, Silva también despertó a un partido al que aportó dosis de vértigo.

Ahora, la pregunta que me angustia, ¿podrá esta selección española contrarrestar el pragmatismo efectivo alemán? Ya veremos el domingo, por el momento valga disfrutar el juego del gran Fábregas…

martes, 24 de junio de 2008

¡Fuera Pacheco!


La profunda debacle atigrada tiene como raíz constitutiva a la nefasta gestión de Jorge Pacheco. Gestión que si bien inyectó recursos frescos en el equipo atigrado, jamás esta inyección de dinero tuvo el correlato de un proyecto, o de un conjunto de ideas articuladas que ordenen el norte del The Strongest. No, los recursos que metió Pacheco al Tigre tuvieron una tufillo prebendal. Cayó a la dirigencia atigrada en un paracaídas con el ánimo de aprovechar la exhibición mediática y la garantía de ser una figura pública. Nunca se cansó de demostrar que el fútbol es un saber muy lejano a sus habilidades de leguleyo. Tampoco nunca se cansó de demostrar que de la pasión atigrada siente muy poco. En síntesis, Pacheco nunca pudo pilotear al Tigre. Y se rodeó de personajes gansteriles que infectaron medularmente a su administración.

Su gestión recibió a la histórica fecha de los 100 años. Y Pacheco la transformó en un “mamarracho” con mucha pirotecnia, con aluviones de demagogia, pero el espesor del Tigre fue desplazado del 8 de abril, en otras palabra nunca fue celebrado. Sin embargo, Pacheco a esta fiesta le sacó mucho provecho. Fue condecorado (él no el Tigre) con el Cóndor de los Andes por el Presidente de la República, fue condecorado (él no el Tigre) por el Congreso Nacional, la Prefectura paceña, la alcaldía paceña, la de El Alto y Achacachi, entre otros reconocimientos. Pero esa fiesta la hegemonizó él, quien tuvo garantizadas las aperturas de periódicos, de informativos. Con esto el político de la prebendal Mega y Corrupta Coalición, el político desterrado resucitó gracias al uso prebendal del amarillo y negro.

Jamás pudo gerenciar al Club con algo de lucidez. Siempre quedó entrampado en su retórica, siempre fue devorado por todas sus ineficiencias. Decoró la "Casa del Tigre" y creyó que con el cambio de esa fachada limpiaría su decadente gestión, se ocupa de eventos que no tienen a esta altura del año ninguna trascendencia como hacer imprimir una revista (El Gráfico) a destiempo. En este contexto, no es casual que el The Strongest haya añadido un nombre más a su extensa lista de Dts incapaces de domar a un Tigre anárquico, rebelde por tanto caos. Son varios los apellidos que pueden narrar su fracaso en este equipo dirigenciado por Pacheco, ahí está el profe Orozco (que vuelve al cargo de Dt después de no haber aportado ni una sola idea para afinar los mecanismos del equipo en su cargo de Gerente Técnico), también puede atestiguar el desastre Eduardo Villegas, otro testigo de la debacle es Víctor Barrientos, el gran Óscar Damián Luna, otro Félix Berdeja e incluso Chilavert y ahora el colombiano Bernardo Redín son testigos de este bochorno.

El Tigre construye un presente demasiado aciago, oscuro, por tanto su futuro no parece brillar en dichas. Es urgente desterrar a este personaje de la dirigencia atigrada, sin embargo, lo que se viene parece que tampoco será muy provechoso ya que la vieja dirigencia (Asbún, Bustillos, Saavedra Bánzer, Lara, Ascarrunz, etc.) curó sus diferencias y asperezas y articulan un “proyecto” en común sin desterrar sus putrefactas prácticas. En otras palabras, al parecer el Tigre no podrá escapar de esta espiral mediocre que lo somete a esta caída permanente. Para que la derrota no sea el episodio que caracterice al The Strongest se tendrá que sacar desde el epicentro esa manía de utilizar al club para satisfacer intereses exclusivamente personales.

No más Italia


La Palabra Esférica se transforma en una sucursal del envidiable y exquisito blog: La Pelota el Corazón del Aire, del culiacanense Daesu. Los textos futboleros de Daesu se conforman a partir de heterogéneas capas que envuelven una sutil pasión por el fútbol. Bienvenido al Blog Daesu…

Inglaterra inventó el futbol, Brasil lo reinventó desde la felicidad insobornable de sus genios, sus anarquistas de gambeta melodiosa, su voluntad de improvisar al vuelo una jugada maestra; Italia, en cambio, inventó la especulación (por medio de Helenio Herrera) y la sosobra; creó las sombras de la estrategia y la ilegalidad. ¿Por qué solventar y celebrar un juego puntista, golpeador, rocoso, diseñado para el desequilibrio emocional de los contrincantes? ¿Por qué inclinarse ante hombres como Gentile, quien debió ser expulsado hasta tres veces en el Mundial de España 82? ¿Por qué terminar hablando del carácter italiano, ante las salvajadas de Tassoti, héroe secreto de aquella eliminación a España en el 94; o los golpes sistemáticos de Materazzi, un cruento malevo de hostal; un alien recubierto con el halo de la gloria azurra en el 2006? ¿Por qué los mismo aficionados advenedizos que un día celebran el futbol de Brasil, hecho de sambas intrincadas, el día de la eliminación carioca atienden el llamado de la tribu más rústica y le van a Italia?

Ayer, la selección de España se olvidó del peso histórico de una selección acostumbrada al granito táctico, y haciendo franjas con la pelota en todas las zonas del campo, presionó a una Italia aferrada al alargue, obsesionada con llevar a las últimas instancias un juego donde exhibieron su mezquindad y su falta de arrojo; una Italia que depositó sus esperanzas en un portero grandioso como Bufon, acostumbrado a pararse en la línea y ver de frente al fuego. En su estupendo blog, La palabra esférica, Christian Vera mencionaba la proverbial fortuna de Italia en las gestas de trascendencia, ante el reclamo de un lector al no darle el carácter de hazaña al triunfo de los azules frente a Francia. ¿Por qué? Cuando llegó dicho partido, se sabía que a Francia le hacía falta un constructor de ideales tácticos; un cerebro que moviera la bola a su propio ritmo y lanzara sobre las moles italianas los pases más precisos en busca de un Henry o un Benzema o un Anelka ávido de goles. Sin embargo, el mejor francés de los últimos 15 años estaba -creo- viendo el partido en la sección VIP del estadio, e imaginaba los trazos y las circunstancias con las cuales su equipo pudiera acceder a la ronda de cuartos.

En Italia, un jugador de esa categoría no es necesario. Sus técnicos apuestan a las bandas como un canal de comunicación futbolístico. Depositan todos sus sueños en un jugador cuyo juego ofensivo dio muchos goles en la Bundess Liga gracias a las descolgadas, sí,de un francés (Frank Ribery). Se acabó la polémica manida de si es pertinente poner a Toti o Del Piero juntos. No, ninguno de los dos jugadores más brillantes que ha dado el futbol de la bota en los útlimos años ha sido factor, ni para conseguir logros ni para convencer a una nación acostumbrada a la ceguera de los árbitros ante la marrullería de sus jugadores, la poca disposición de sus estrategas para hacer del fútbol un fresco de espectáculo y belleza plástica. ¿Hace cuánto esta selección no da, no diré un juego completo, sino un mosaico de jugadas aisladas que configuren eso que llamamos fútbol de asociación y que ha tenido muchos, innumerables protagonistas en el mundo? Sí, son los Campeones del Mundo, se me dirá. Acaso sea igualmente justo decir que el mundo le ha permitido todo.

miércoles, 18 de junio de 2008

De la agonía al éxtasis


Del éxtasis a la agonía
Oscila nuestro historial.
Podemos ser lo mejor,
o también lo peor.
Con la misma facilidad.

Bersuit Vergarabat


Todavía con la fuerte ronquera por el ensordecedor grito de los cuatro goles a los paraguayos, todavía con la bronca atragantada por los dos goles chilenos, todavía con el asombro por la facilidad con la que atravesamos mediante una metamorfosis futbolera de la agonía al éxtasis, escribo este texto.

Bolivia saltó a la cancha con una dosis fundamental de adrenalina. Con el pesado compromiso cargado en hombros de no sólo arrojar al césped copiosas gotas de sudor (que fue el único aporte del día domingo frente a Chile), sino, sobre todo, de proponer un fútbol inteligente, móvil, estructurado para movilizar y quebrar a la dura defensa paraguaya. Para ello recurrió al toque, a la precisión (detalle poco usual en el fútbol de la selección Bolivia), ajustó las marcas, gestionó la ansiedad, y apostó por la efectividad de sus herramientras fundamentales, a las que alimentó con diversas alternativas para que marquen la diferencia.

En el centro la lucidez de Joselito Vaca armó una red interesante de fútbol. Por sus pies atravesaban los desbordes por derecha que alimentaban el fútbol punzante del efectivo Gati Ribeiro. Joselito comandaba las rutas y en cada uno de sus pases era posible palpar que poseían las claves para llegar al gol. Leonel Reyes no sólo dio una lección de fútbol y de marca demostró una vez más que tanto su explosión para auxiliar a la línea de defensa como sus toques a los volantes definen el ritmo de los partidos. En La Paz, el fútbol de Didí Torrico es un pistón fundamental que oxigena y ordena a las potencialidades del medio campo. El fútbol de Torrico en la tarde de hoy deslumbró porque destiló de su técnica diversos toques punzates entre las líneas de volantes y defensas, se empeñó en hacer del fútbol un juego más limpio, configurado hacia el gol. Botero marcó dos goles fundamentales y ayudó a Bolivia a despertar de la pesadilla en la que está inmersa. Y para los románticos de la nostalgia del fútbol el primero de Bolivia remitió a esa dupla efectiva del Bolívar 2002: Botero - Gati. Martins por fin metió su primer gol en La Paz. Tanto el Nacho García como el Chaqueño Gutiérrez dieron fuerza y velocidad a un mediocampo que el día domingo fue arrollado por los chilenos.

Si bien Raldes es un pilar de la defensa, a Raldes no le gusta jugar en La Paz, durante todo el partido no dejaba de expresar ademanes de asfixia (se agachaba, se agarraba las rodillas, caminaba meditabundo). Frente a estos síntomas es urgente que el Cuerpo Técnico ajuste la preparación física del defensa ya que los problemas más evidentes de esta selección se acumulan en una defensa lenta, desorientada, frágil frente a las arremitadas leves de los rivales.

Paraguay es una gran equipo. Claro, a los mundiales, con excepción del de Francia 98, viaja sin su técnica, sin su pólvora que le proporciona su sobresaliente identidad y se transforma en un equipito inofensivo y de múltiples conplejos cuando tiene que rivalizar con selecciones europeas. Hoy, en el Siles hizo muy poco, tal vez lo más rescatable sea Claudio Morel quien vigiló los desbordes vertiginosos de Gati. Ni Cabañas, ni Vera, ni Cardozo, ni Roque, Ni Aedo se preocuparon para ejecer el peso de su jerarquía. Tampoco la propuesta táctica de Martino los ayudó a asumir un partido fundamental para consagrarlos en la punta.

Yapita: Es impresionante las contradicciones y las incoherencias del periodismo deportivo paceño que hace apenas dos días despotricaba contra Sánchez calificándolo de "impostor" y hoy no se cansaba de colgarle los auriculares para "felicitar al profe". Es el periodismo deportivo el que crea esa atmósfera de agonía y de infierno y son también ellos los que sobre un vacío sobredimensionan los triunfos sin medir ni en lo más mínimo las consecuencias. En otras palabras, hacen de las mentiras futboleras grandes verdades vendibles. Un poco de coherencia a su rutinaria actividad dignificaría un poquito su compromiso con el fútbol.

martes, 17 de junio de 2008

El ausente Zinedine...

Esta tarde el fútbol de la selección francesa expuso sin reparos ni titubeos el doloroso duelo por la ausencia de ese genio del fútbol: Zinedine Zidane. Los franceses a lo largo de la Eurocopa 2008 jugaron un fútbol melancólico, subsumido en la tristeza inevitable de la ausencia, de la añoranza. Sin Zidane en la cancha la escuadra del gallito (como dice Daesu en su excelente blog) carece de las nervaduras suficientes para configurar poesía futbolera desde el dínamo de la inteligencia ajedrezada del argelino. Zidane fue más que un jugador para el fútbol francés, un extraño astro migrante que redibujó la actual fisonomía del ser francés. Con su retiro el fútbol francés revive el mito maradoniano, ese que señala que nadie llenará su vacío. El fútbol de la selección francesa esta tarde demostró que está de duelo. Sin Zinedine la pelota en los pies de los franceses perdió el sentido.

El reto francés era ganar a Italia por sobre todas las cosas. Para ello el Dt Doménech apostó por reodenar el caos anímico de los Les Bleus, trabajo que al parecer trasciende la esfera de su influencia. A lo mucho el excéntrico Dómenech apostó por sorprender a los italianos con el fútbol virtuoso de Ribéry-Benzena-Henry y dejó en el banco a modo de castigo a los históricos: Sagnol, al gran Thuram y a Malouda (el alerón más antiguo de este barco francés). Sin embargo, esta apuesta se pulverizo con la extraña lesión de Ribéry que salió de la cancha emitiendo alaridos. Con su súbita salida el tridente Ribéry-Benzena-Henry se fracturó en diversos pedazos. A esta lesión se sumó la expulsión de Abidal, un gran volante de contención que Doménech improvisó de central y al que no le quedó otro remedio que "bajar" al enorme Luca Toni y cometer el penal que abrió la ruta del triunfo a los italianos. Francia quedó sin Ribéry quedó sin el motor, ni el cerebro anímico, táctico, estratégico para contrarretar el fútbol italiano. Y a Francia no le quedó otra que caer en la trampa italiana, le cedió los espacios, se mostró débil frente a un rival que no perdió oportunidad, ni resquicio para comerse al rival y saborear el peso de su tradición.
La enorme sombra de Zinedine oscureció de melancolía el fútbol de los franceses. Francia ya está fuera de la Eurocopa, y seguramente pasarán muchos campeonatos y varias generaciones de jugadores, entrenadores de diversos perfiles, pero la ausencia de Zinedine Zidane se sentirá en cada centímetro de la cancha.




lunes, 16 de junio de 2008

Esta nuestra odiosa costumbre…

¿Conviene transitar por el mismo camino discursivo que narra y busca las explicaciones para justificar nuestra sempiterna obligación de perder? ¿Acaso la exhaustiva autopsia coyuntural al cadáver nos va a configurar la ruta exacta para una resurrección futbolera? ¿Acaso no es más importante saber hasta qué punto estamos dispuestos a seguir cayendo en este precipicio competitivo (parece que ser últimos del torneo eliminatorio no nos abastece)? ¿Si el mito del Ave Fénix no calza con las motivaciones de la selección Bolivia por qué no montamos una estrategia para escapar de la prisión perpetua de repetir la leyenda de Sísifo que sube con enorme esfuerzo hasta la cima de la montaña para luego aventarse al vacío? ¿Acaso la cura para todos nuestros males futboleros se concentran en el virtuosismo o en la precariedad del Dt Erwin Sánchez? Si él se va, ¿acaso la selección más débil de la eliminatoria cambiará de rostro para mostrar otra versión de su impotencia? ¿Acaso el corazón de nuestra crisis no se sintetiza en toda esa precaria red que se nombra como “fútbol boliviano”? Ahora, ¿cómo explica el periodismo deportivo boliviano, sobre todo paceño, esa inflación de expectativas configuradas? ¿Expectativas que tienen como correlato ese apoyo coyuntural y momentáneo del público paceño, apático del fútbol valga afirmarlo (excepto en coyunturas positivas)? ¿Acaso el regionalismo exasperante que fractura el horizonte de lo boliviano no irrumpe en el fútbol? Ayer, ocho de los once seleccionados nacieron en Santa Cruz, ¿no será que sus corazones húmedos laten con otras pulsiones y otras palpitaciones en su tierra húmeda? ¿Por qué la Federación Boliviana de Fútbol no reúne a su Cuerpo Técnico y explícita su “proyecto” futbolísitco? Si la ingenua y franca posición de William Ramallo respecto a que Bolivia se clasificará "recién" para el 2014 es finalmente la intuición y el norte del actual cuerpo técnico, ¿por qué no optar por ese calendario y darle el urgente golpe de timón a esta tradición inquebrantable de ser los últimos de siempre? ¿Si todas las explicaciones y las soluciones al decadente “fútbol boliviano” atraviesan por el sentido de la palabra “estructura” por qué no se instaura YA (a más tardar mañana) una profunda reconstrucción que deje de lado esa otra tradición que se concentra en la improvisación errática de nuestra dirigencia futbolera? Frente a tantas preguntas, ¿cómo remar hacia otra vertiente, hacia otro destino futbolero que no nos condene a este salvaje abigarrado círculo rutinario de la derrota sempiterna?

viernes, 13 de junio de 2008

Holanda y la poesía de vanguardia...

Ganó tres a cero al actual campéon del mundo y al subcampeón lo goleó cuatro goles a uno. Y es que Holanda en estos dos partidos demostró diversas potencialidades, como la inteligencia para jugar en bloque, la potencia y efectivada en el toque, la vorágine organizada para perfilar un contragolpe, la serenidad para esperar al rival y fracturarlo en el momento más quemante del partido. Además de dibujar un chip eficaz para que la pelota circule chispeante. En otras palabras, hoy, afloró toda esa tradición del fútbol holandés donde la pelota circula por circuitos eficaces y estéticos.

Los franceses entraron al partido con el objetivo de fortalecer el fútbol de Ribery para ello ingresó Henry, acompañado de Govou y afinaron la puntería de Evra. Sin embargo, esta decisión fue insuficiente para frenar el torbellino naranja, ya que los holandeses se apropiaron del centro de la cancha a puro toque, inteligencia, aprovechando la gran velocidad de sus laterales, y con el cerebro iluminado de la máquina: Sneijder, quien además de manejar las coordenadas fundamentales del equipo, fue un dínamo de motivación y coraje.

El primer gol holandés nació por el incesante toque de velocidad que es el que más punza a sus rivales. Una de esas pelotas escapó al corner y fue allí que irrumpió el primer gol naranja. Van Der Vart proyectó un remate tan prolijo que buscó la cabeza del delantero del Liverpool Kuyt quien arrolló la marca de Maoluda. Uno a cero.

El uno a cero holandés incendió al partido de angustia. Los franceses en ese escenario de tensiones tejidas tomaron la iniciativa con desorden y en momentos con mucha prolijidad. El fútbol francés atravesaba por el talento de Ribery que proyectaba balones a Touolalan, que exigían la inteligencia de Malouda y que buscaban la precisión mágica de Henry. Ribery es un motor que genera fútbol, sin embargo, fue totalmente insuficiente ya que todas las variables reducían su eficacia. Frente a todas las insinuaciones de gol de los franceses, Van der Saar, el arquero holandés, anuló todas.

El partido cerraba el telón con un equipo holandés en extremo fino y agudo en sus contragolpes y un equipo francés desesperado que sostenía sus esperanzas en los tobillos de Ribery. La escenografía futbolera ya denotaba que los holandeses tenían las herramientas para diseñar un fútbol trazado sobre el mapa de la historia del mundial de 1974.

Se abrió el telón del segundo tiempo y Van Basten, como un mago ajedrecista, movió las piezas, cambió a un volante de contención (Engelaar) por uno de los pistones más efectivos del fútbol europeo (Robben). El canón ortodoxo del fútbol señala que el que gana tiene que defenderse, pero Van Basten fisuro el decálogo y optó por la locura. Y Van Basten no se contentó con el cambió sacó al autor del primero gol y metió a Van Persie, otro efectivo delantero. La apuesta de Van Basten era evidente arrollar la lentitud defensiva de los franceses. Domenech sorprendido desde el banco le quedaban pocos recursos imaginativos para contrarrestar semejante propuesta futbolística y no le quedó otra variable que la de meditar al borde de la línea de cal.

Y este amague de Van Basten a la ortodoxia del fútbol culminó con un pase-pirueta de Van Nistelrooy que habilitó a Robben, quien con mucho atrevimiento, gambeta y velocidad hizo un pase a Van Persie quien concreto el dos a cero. El segundo gol sacudió el autoestima francés. Pero, Henry con un toque leve anotó el descuento. Descuento que fue pulverizado un minuto después con un Robben que con una descarga eléctrica despachó el tercero para los holandeses.

Y esta obra holandesa no podía terminar con semejantes gestas, Sneijder, la manija y el norte del equipo, concretó un golazo. Holanda cerró un partido que tiene que ser archivado en la DVDeoteca de todo futbolero. Técnicos, jugadores, fanáticos, estudiosos, fantasistas, en fin, todos se merecen ver este partido en cámara lenta y tomando anotaciones ya sea para proyectar un equipo distinto en la cancho o ya sea para escribir poesía vanguardista.

Y Mutu subió al patíbulo...


Después de varias semanas de visible ausencia este blog retoma a su poco dúctil objeto: el fútbol. Para ello no hay mejor pretexto que reiniciar esta vorágine de exploraciones futboleras con el pretexto de la Eurocopa. Empecemos con Italia (1) - Rumania (1)...


Rumania en el minuto 82 del partido tuvo en los pies de Adrián Mutu el destino de la selección campeona del Mundo, Italia. Su gol iba a fracturar las esperanza azurra y construir el horizonte del alicaído fútbol rumano. Y en esa circunstancia Mutu fue el elegido, el héroe. Acomodó el balón allí donde la regla lo indica y en ese gesto ya se dibujaban las huellas que caracterizan a los perdedores. Mutu más que acercarse al área, subió a un patíbulo. En él remató el balón con la fuerza que se concentra en los que saben perder. Y el balón viajó a toparse en la mano-pie de un gigante Gigi Bufón. El mito de David y Gol - iat se esfumo. La fábula futbolera una vez más optó por favorecer a un grande. Mutu no sólo lloraba la pena de un partido casi perdido, sino que lloraba la furia por no haber reconducido el destino...


Es interesante como los equipos europeos de bajo perfil como Rumania, Grecia han optado por construir ingenierías defensivas inquebrantables. Rumania, por ejemplo, con cuatro defensas (Contra, Goias, Tamas y Rat) finamente ejercitadas en el arte de la defensa exhaustiva más un eje de contención (Chivu) frente a cualquier aluvión entramparon al fútbol italiano. El defecto de Rumania se concentra en su excesiva dependecia del contragolpe, generalmente poco efectivo y en extremo predecible. Otro defecto abandonan las funciones creativas en el centro del juego y optan por abordar un fútbol destructivo, que roza en lo torpe. Mutu concretó el único gol de Rumania en la Eurocopa gracias a una ingenuidad de Zambrotta y eso fue todo, por parte de los rumanos.


Italia no pudo descifrar las rutas para desarmar a ese ejercito rumano parapetado detrás del cero y del contragolpe. Frente a tan pocas cartas rumanas, el Dt Donadoni sabía que el peso del partido estaba en las espaldas de su onceno, por tanto distribuyó las cargas en las camisetas más veteranas: Perrotta, del Piero, Panucci, Camoranesi. Italia, como nunca, atacó, punzó, creó, afrontó y en ese afán demostró que es un equipo vulnerable, invadido de fisuras y quiebres. El empate para los italianos les devuelve el crédito suficiente para afrontar el partido con Francia (que valga aclararlo fue goleado y vapuleado por una impresionante selección holandesa).