martes, 17 de junio de 2008

El ausente Zinedine...

Esta tarde el fútbol de la selección francesa expuso sin reparos ni titubeos el doloroso duelo por la ausencia de ese genio del fútbol: Zinedine Zidane. Los franceses a lo largo de la Eurocopa 2008 jugaron un fútbol melancólico, subsumido en la tristeza inevitable de la ausencia, de la añoranza. Sin Zidane en la cancha la escuadra del gallito (como dice Daesu en su excelente blog) carece de las nervaduras suficientes para configurar poesía futbolera desde el dínamo de la inteligencia ajedrezada del argelino. Zidane fue más que un jugador para el fútbol francés, un extraño astro migrante que redibujó la actual fisonomía del ser francés. Con su retiro el fútbol francés revive el mito maradoniano, ese que señala que nadie llenará su vacío. El fútbol de la selección francesa esta tarde demostró que está de duelo. Sin Zinedine la pelota en los pies de los franceses perdió el sentido.

El reto francés era ganar a Italia por sobre todas las cosas. Para ello el Dt Doménech apostó por reodenar el caos anímico de los Les Bleus, trabajo que al parecer trasciende la esfera de su influencia. A lo mucho el excéntrico Dómenech apostó por sorprender a los italianos con el fútbol virtuoso de Ribéry-Benzena-Henry y dejó en el banco a modo de castigo a los históricos: Sagnol, al gran Thuram y a Malouda (el alerón más antiguo de este barco francés). Sin embargo, esta apuesta se pulverizo con la extraña lesión de Ribéry que salió de la cancha emitiendo alaridos. Con su súbita salida el tridente Ribéry-Benzena-Henry se fracturó en diversos pedazos. A esta lesión se sumó la expulsión de Abidal, un gran volante de contención que Doménech improvisó de central y al que no le quedó otro remedio que "bajar" al enorme Luca Toni y cometer el penal que abrió la ruta del triunfo a los italianos. Francia quedó sin Ribéry quedó sin el motor, ni el cerebro anímico, táctico, estratégico para contrarretar el fútbol italiano. Y a Francia no le quedó otra que caer en la trampa italiana, le cedió los espacios, se mostró débil frente a un rival que no perdió oportunidad, ni resquicio para comerse al rival y saborear el peso de su tradición.
La enorme sombra de Zinedine oscureció de melancolía el fútbol de los franceses. Francia ya está fuera de la Eurocopa, y seguramente pasarán muchos campeonatos y varias generaciones de jugadores, entrenadores de diversos perfiles, pero la ausencia de Zinedine Zidane se sentirá en cada centímetro de la cancha.




4 comentarios:

Unknown dijo...

Es una injusticia tuya que no le dediques ni miserable párrafo a la hazaña italiana.
Andrés.

Varios dijo...

No, no, ninguna injusticia con los italianos. Me sorprende esa tradicional "suerte". Ya estaban con un pie fuera de la Euro y se activa ese conchazo que simpre los acompaña. Me impresionó como los Franceses hicieron todo para caer en la trampa del fútbol adormecedor italiano. Y te lo aseguro que si vence a España nada raro que juegue la final. Escribiré de Italia el día domingo, luego de que se enfrente con España.

Saludos Andrés.

Daesu dijo...

Tienes toda la razón. Acudimos al final de una generación de futbolistas que parece no tendrán herederos inmediatos. Thuram, Makelele o Vieira cierran su ciclo en una Euro olvidable. Lo de Titi es lamentable, la verdad. Por ahi señalaba Palomo las cualidades de Enzo Zidane, como el posible mesias que espera el futbol francés. Parece que no lo hacia a la ligera, aunque Mario Kempes lo tomara en broma. Lo de Italia no es de sorprender, aunque ahora sí creo que se van a topar a la mejor media de Europa y en eso va a radicar la diferencia del partido. Un saludo.

Varios dijo...

Daesu, el texto producido es en realidad una apéndice de tus sabrosos textos: sobre todo el Why? y Ascenso y caída del Imperio Francés. A Francia le costará muchas piernas y mucho autoestima de varias generaciones de futbolistas para reconstituir su fortaleza. Algo parecido a lo que le pasa a Argentina que añora hasta bordear en el delirio a Maradona.

Un abrazo, Daesu.