Al Arsenal de Wegner últimamente se lo subestimaba demasiado. E incluso las especulaciones sobre el mito que configuraba su eléctrico fútbol se aglomeraban en un consenso predispuesto a elaborar cualquier ejercicio para derribar el admirable estilo de juego del Arsenal. Frente a Manchester United los Gunners sin complejo alguno demostraron que el talento no se evapora del Arsenal, sino que se consolida, se agrupa y se reproduce. Con la pelota al piso, el fútbol ecléctico del equipo de Wgner hizo rodar una sucesión de sinuosos toques cortos y largos, admirable movilidad y tenacidad permanente, punzantes piques al vacío, inteligencia para agrandar los espacios en ataque y astucia para achicarlos en defensa, balance entre verticalidad y horizontalidad del juego, y sobre todo una impresionante baraja de acciones simples –a veces tremendamente lujosas– para resolver situaciones complejas. Estas me parecen que fueron las claves para incendiar sin clemencia el césped del Emirates Stadium y aventar a la penumbra al maniatado fútbol del Manchester U y de su marketeada estrella de empalagoso fútbol: Cristiano Ronaldo.
Desde un maniqueísmo exasperante, a Arsène Wegner se le reprocha en exceso y en coro su “improductividad”. "Improductividad" desde el miope punto de vista que califica a los oncenos de Wegner de poco pragmáticos y que responden a una ingeniería futbolística enamorada del balón, del toque y no de los resultados. En síntesis una maquinaria que siempre viaja en la competencia alejada de los títulos pero fiel a su tradición de toque y toque. Sin embargo, el trabajo de Wegner es demasiado particular, lejos de la manada es un orfebre del fútbol fino heredero del platónico Brasil del 70 y del Ayax de Cruyff. Además de este estilo, Wegner posee una capacidad enorme para rastrear talentos e incorporarlos en la compleja dinámica del fútbol de la premier y en poco tiempo transformarlos en cracks, los ejemplos abundan. Trajo al Arsenal nada más ni nada menos que a Patrick Viera a los 20 años, más tarde a Nicolas Anelka con apenas 18 años. Rescató a Henry, relegado en la Juventus. Y logró armar una selección del mundo sub-23.
El actual Arsenal respondiendo a esa tradición de jugadores noveles configuró un exquisito equipo que se sostiene sobre el talento de Wegner quien diseña fútbol desde su particular impronta. En el mediocampo el más veterano no supera los 21 años: Abou Diaby (1986); Cesc Fàbregas, Samir Nasri y Alexandre Song (1987); Denilson Pereira (1988); Mark Randall (1989); Aaron Ramsey, Henri Lansbury y Fran Mérida (1990); Francis Coquelin (1991); Jack Wlshere (1992). De este lujoso e imberbe entramado nació el segundo gol de Samir Nasri –versátil volante francés– que devino de un pulido mecanismo que sintetiza el fútbol del Arsenal: toque, mareo, precisión, simpleza, movilidad, poesía y gol… Frente al Manchester U el Arsenal exhibió un capítulo exuberante de su fútbol. Fútbol tejido en los intersticios de una utopía, detalle no menor en una época en la que el pragmatismo lo infecta y lo carcome todo…
5 comentarios:
SE QUE NO VAS A PUBLICAR ESTO EN TU BLOG ABANDONADO, PERO ESTA EN EL CHOLOMETRO: BUSCA PALABRAS REBUSCADAS PARA PARECER ERUDITO? 5 PUNTOS...
POR OTRO LADO, LA ODA AL ARSENAL ES UNA PATRAÑA. UN EQUIPO QUE REPRESENTA LOS VALORES DEL SERVILISMO E IMPERIALISMO INGLES... NI MODO.
Anónimo:
Dicen que cuando recibes "punzantes críticas" éstas o te desvanecen o fortalecen los motivos para seguir dandole al asunto.
En este caso más que una crítica es un enredo de criterios, o una estrategia para transmitir tu mala leche.
SObre el cholometro y el erudismo, más los 5 puntos no diré absolutamente nada, básicamente porque es parte de ese enredo de criterios.
Sobre el Arsenal, el proyecto de Wegner va más allá del fútbol y provoca un resquicio interesante en lo político. Los tradicionales moldes sociales que se reproducen en la vida cotidiana desde el fútbol son fuermente cuestionados. El Arsenal de Wegner fue la clave para que el imperio inglés abra las puertas de su estrecho imaginario. Las canchas inglesas fueron escenarios donde se purgaron siglos de intolerancia y racismo. Atributo político que nunca encontró eco en ambientes institucionales: congreso, escuelas, universidades, en otros espacios. Gracias al fútbol toda la comunidad europea ha incorporado en su constitución el importante capítulo del racismo. LO de servilismo e imperialismo me parece un clisé ideológico digno de tu cholometro.
Gracias por visitar el abandonado blog.
Seguro que no tiene sentido meterme en pleitos ajenos pero ando tan emputado con la cojudez que no tengo mucho espacio para la tolerancia o la pasada de largo. Al punto: siempre he pensado que los que escriben todo con mayúsculas son unos pelotudos. Mi intuición ha sido plenamente confirmada. Siempre he pensado que los que insultan desde el anonimato son unos pinches cobardes. Segunda intuición confirmada.
Hacer una relación tan burda entre el "servilismo y el imperialismo ingles" con el Arsenal de Wegner, sólo muestra malaleche o ignorancia absoluta. Intuyo que en el caso del comentarista anónimo se combinan ambas características.
Cambiando de tema, hablando sobre cosas más interesantes y gratas: buen artículo Cristian, agarró la emoción que me hace sentir el Arsenal, esa banda de jóvenes irrespetuosos que parece que no entienden por dónde va el fútbol contemporáneo y se empecinan a jugar, jugar y jugar; cobijados tras la sapiencia y valentía del entrenador francés. Verlos es un privilegio, un espacio de esperanza.
Saludos,
Mario.
Patraña es la que tú escribiste anónimo.
El primer requisito, que a propósito no está en el cholometro, es que para hacer una "crítica punzante" tienes que tener un chuchillo filoso en mano y no una rudimentaria herramienta que sólo utilizan los cobardes e ignorantes como tú. Sal del anonimato, plantea debate (¿lo podrás?).
POr si acaso, si nos ponemos fundamentalistas el fútbol es el primer artificio tecnológíco importado desde las europas... Con esto, me pregunto, desde el fundamentalisto que planteas: ¿todos los futboleros de este lado del planeta y sobre todo de estas pampas altas, tenemos que seguir el fútbol que sólo se juega en Cosmos 79 (a propósito bella cancha, poco utilizada)?
Y el debate puede ampliarse, pero no con interlocutores tan mediocres como tú, que como dice Mario, se escudan en las mayúsculas y en la mariconeada del anonimato.
Si por lo menos conocieras una remota pizca del fútbol inglés por lo menos entenderías que plantear el juego del Arsenal desde los términos: "servilismo" e "imperialismo inglés" es una fastuosa oda a la estupidez. Pero comprendo que los límites de tu entendimiento son tajantes, así que prefiero no incoporar en este texto términos "eruditos", ya que seguramente te tropezarás.
salud anónimo!
Andrés Martínez Font
Estimado Anónimo: Lamentablemente no se pude argumentar mucho contra la visión reduccionista que tienes del Arsenal, un club que cometió el pecado -para ti- de nacer en las entrañas de una compañía fabricante de armamento (sospecho, sin embargo, que esto lo ignoras). Creeme que el Imperio Inglés tuvo la sapiencia de aportar -aparte de una ignominiosa carnicería- ese invento llamado futbol. Y no hablo con tu ligereza. Lo digo con el peso de la historia que representa, para muchos clubes, llevar en su escudo la bandera de Inglaterra. Ahora bien, no le quites méritos a un club que lo único que hace es practicar un futbol deslumbrante, desaliñado, irrepetuoso y alegre. Y le das mérito a esa ignorancia pasmosa que no te deja tomar un libro y educarte, y prefiere la elementalidad mediática de los cronistas que narran un partido con el cerebro francamente en neutral.
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