domingo, 12 de octubre de 2008

Eliminatorias Sudamericanas

Bolivia 3 – Perú 0
Bolivia – Perú, se asemejaba a esos partidos que definen el descenso de los equipos más débiles. Los dos coleros de la tabla, esos que batallan por no ser los últimos, ayer en el Siles se repartieron las cartas…

El problema mayor de la selección peruana es su inofensividad crónica, ese perverso síntoma de la impotencia frente al arco. El peso del partido lo cargó Juan Vargas, quien como un Sísifo derrotado no pudo sostener en hombros la gestación de un destino distinto para la roja y blanca. A los peruanos el partido se les cayó de los hombros a los 4 minutos del primer tiempo... Al parecer el Chemo Del Solar perdió los reflejos fundamentales para motivar, ordenar y plantear los partidos de la selección que dirige; en otras palabras, es un Dt incapaz de descifrar las claves para sacar al Perú de su pasión exagerada por la inoperancia. Los peruanos aparentaban que sus profundas heridas anímicas habían cicatrizado luego de haber ganado de locales a Venezuela y de haber escrito en cancha el empate heroico frente a los argentinos. Sin embargo, ayer en la soleada tarde paceña esas heridas volvieron a supurar pus y a infectar los ánimos. Así les fue…

Sin Erwin Sánchez en el banco Bolivia volvió a ganar en La Paz. La selección boliviana tuvo en el alerón izquierdo de la cancha a un Abdón Reyes que supo hacer dialogar su fútbol con Joselito Vaca, por esta senda se empezó a desmontar toda la débil estructura defensiva peruana. Otra dupla interesante: Botero – Martins, quienes se asociaron para generar el primer gol. Martins arrastra marcas, pelea cada una de los balones, ordena el ataque del equipo, presiona para asfixiar la salida del rival, es fundamental para tomar la marca en los tiros de esquina, en fin… es una pena que en su equipo el Shaktar de Ucrania no esté ni en el banco. Botero se transformó en el goleador de la selección boliviana, al rebatir la marca del histórico maestro Agustín Ugarte, su fútbol punzante lo posiciona en una de los principales goleadores de la eliminatoria. Todo el andamiaje defensivo funcionó a la perfección. En la cabeza y en el medio terreno de esa estructura defensiva se encontraba Ronald García, quien con lucidez ordenó el trabajo de los volantes; y atrás, en la última línea, Bolivia tuvo a un Raldes imbatible y a un efectivo Rivero. Bolivia encontró fácilmente el callejón para arribar al corazón del fútbol peruano y desde allí dirigir el partido; y fue más eficaz para atacar la fragilidad anímica de los peruanos…

Argentina 2 – Uruguay 1
A los cinco minutos del primer tiempo Argentina encontró en el gol de Messi el sosiego que en apariencia le iba a permitir construir un partido con la suficiente calma para generar fútbol. Esos mecanismos futbolísticos tejidos por el toque y toque de Messi, Agüero, Riquelme, Tévez en el primer tiempo abundaron. Sin embargo, en frente Uruguay además de argumentos contaba con las herramientas para dañar las profundas dimensiones del ego futbolístico argentino. Y así lo hizo, casi al final del primer capítulo, Uruguay concretaba un gol que abría el baúl de los fantasmas argentinos… El segundo tiempo, los compadritos del Río de la Plata sacaron el cuchillo y a punta de golpes, puntazos, patadones e insultos condujeron al partido al oscuro círculo del infierno; allí donde caen y arden los partidos más agobiantes. Los argentinos con tantos fantasmas en cancha no encontraban ni las soluciones, ni los resquicios para que irrumpa su fútbol. Los uruguayos, batalladores, también descubrieron que las agujas de su brújula futbolística estaban dañadas…

Colombia 0 – Paraguay 1
Colombia todavía no despierta de esa pesadilla sistemática… La dirigencia colombiana asumió que era Pinto el responsable de ese sueño futbolero que derivó en pesadilla; pero al parecer la cosa trasciende la bronca y el histrionismo del despedido Pinto. Perder con los uruguayos en el hermoso camping bogotano, ser goleados por la frivolidad vertiginosa del futbol chileno no fueron suficientes torturas a una selección que pide con clemencia una chance para remontar su debacle que se asemeja a un laberinto. Y que pide que algún jugador se haga cargo de reconstruir el desastre… Ayer, el paraguayo Cabañas fisuró el arco del arquero Julio, a partir de ese instante lo único legible de la cancha eran esos pedacitos amarillos que se desparramaban en la cancha. Los colombianos más que un técnico y que entrenamientos, requieren de un psiconalista deportivo y una temporada de terapia colectiva. Son demasiados los golpes efectivos que recibieron. Es profundo el pozo y al parecer no se tienen las estrategias, la más mínima motivación para salir organizadamente de él. Ayer la palabra lástima no dejaba de atravesar mi actual percepción del fútbol colombiano…
Paraguay es el equipo más cohesionado de la eliminatoria, es eficaz, contundente, tiene fútbol para adormecer y atacar a cualquier rival sudamericano. Sin embargo, su reto estará en construir esa eficacia en Sudáfrica 2010… Reto enorme para una selección que minimiza sus potencialidades en las gestas mayores (con excepción de ese esquipo invulnerable del Mundial 98, con el gran Chilavert en el arco). Por el momento, Paraguay ya tiene el camino demasiado ancho y asfaltado para llegar al Mundial…
Fotos
Bolivia - Perú: Acción, La Prensa
Argentina-Uruguay: Olé
Colombia-Paraguay: Olé

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