domingo, 6 de mayo de 2007

Semana futbolera I

La semana que se va fue densamente futbolera. Expuso el espesor del juego, las distintas dimensiones de lo que apasionadamente es el fútbol. El martes: en simultáneo se homenajeó a Oscar Sánchez en el Siles y se jugó en la cancha de Liverpool la semifinal de la Champions. El miércoles se jugó la segunda semifinal entre Milán y Manchester, más tarde en México jugó América y Colo Colo y en Buenos Aires el Gato Sessa casi se queda con el ojo y un fragmento de cerebro de Rodrigo Palacio. El jueves se jugó lo que a mi modo de ver fue el mejor partido de la semana (exceptuando algunas ráfagas de brillante juego de Riquelme en el Boca - Vélez) y fue en Potosí: Real Potosí y el Tigre. (Me olvido de otros partidos a los que ya no daba el cuero para observarlos: por ejemplo, la semifinal de la UEFA, varios partidos de la copa libertadores: Cucuta – Toluca, al que Cucuta goleó a Toluca de forma aplastante, entre otros). Pero, como siempre, vamos por partes.

Melancólica tarde de Martes en el Siles:
Estamos a pocos meses de celebrar la decena de años del último “buen resultado” de la selección boliviana: el segundo puesto en una modesta Copa América (Bolivia - 1997). Aunque la final fue muy emocionante por ver a la selección brasilera –casi la misma que jugó frente a la Francia de Zidane un año después en la final del mundo– fue un campeonato de poquísima trascendencia ya que la mayoría de las selecciones sudamericanas no se tomaron en serio a la Copa y mandaron selecciones improvisadas a simplemente cumplir el compromiso con la Comebol. Cerca de ese aniversario el martes primero de mayo (día en que celebramos la lucidez de los anarquista de Chicago mal llamados mártires que murieron no por sus actos, sino porque el juez señaló que la inteligencia de estos hombres era tan poderosa que iba a ser perniciosa para el interés de las elites que secuestraron el poder y lo ocultaron bajo sus fauces) se reunieron en cancha la mayoría de jugadores que participaron en esa Copa y obviamente en la meritoria e inolvidable clasificación del 93.


Entre nubes, algo de viento y en una atmósfera enrarecida y algo mortuoria (el acto se llenó de una cantidad de gestos tristes e impertinentes, la pesada familia Valdivia –dueños de la famosa funeraria– hicieron una malísima canción a Oscar a modo de un preludio negativo). Al margen de esta vergüenza digna de un bochorno fue emocionante ver a Etcheverry con una habilidad descomunal para derrochar alegría en la cancha, ni que decir de Miltón Maravilla Melgar quien demostraba que el fútbol más que fuerza es una exposición de elegancia y de altas dosis de inteligencia, a Erwin Sánchez que sabe lo que es desplegar una pasión, a Calichín Morales al que se nota que el fútbol no lo deja, a leguas se trata de un crack que nació antes de tiempo, a Angola que como decía David Heredia (en la ERBOL) está listo para jugar o en La Paz F. C. o en el Tigre o en el necesitado Bolívar. Fue tanto el talento del yungueño que el limitado beato del fútbol (me refiero al nefasto Sandy) le dio un rodillazo bravucón como muestra de lo que más sabe de fútbol: destruirlo. Al Presidente Morales le pesó la cancha, pero vertió en ella todo su carisma, lo que no es poco. Algo que me sorprendió es que fue duramente silbado en algunos momentos.

Martes y Miércoles a la misma hora y en distintas canchas:
Confieso que el partido entre Liverpool y Chelsea me pareció demasiado largo, redundante, fatigoso; demasiado estudiado y cauteloso. Aunque entre el duelo técnico-táctico Rafa Benitez nuevamente dio una lección de estrategia futbolera al desgastado Mourinho. Del Milán – Manchester: sólo diré que Milán se merece el campeonato (Personalmente quería que sea Manchester pero el miércoles se equivocó demasiadas veces). Dida crece una enormidad cuando juega detrás de los rojos, tiene un jugador de una potencialidad enorme como Gatusso que no deja de luchar en todo el partido. Además de tres creadores: Kaká, Pirlo y el brillante Seedorf. Tiene un equipo muy bien estructurado para ser campeón, pero sobre todo se sabe campeón, ventaja indestructible.

Miércoles noche, entre una patada y múltiples filigranas:
Del Boca – Vélez, no quiero hablar ni del protagonismo exagerado de Lavolpe, ni de la diplomacia de Russo (al que le agradezco haber descubierto el talento de Raldés, él fue quien lo llevó a Rosario Central). Tampoco del patadón del Gato Sessa a Palacio (reproduzco in extenso en una nueva entrada el texto de un amigo argentino sobre el bochorno).

Quiero hablar del genio de Riquelme. Lo primero que diré es que su estilo funciona como una brújula demasiado eficaz para llevar a Boca al vértigo incesante del Ataque. Pero no se trata de cualquier Ataque, tiene una capacidad para el toque y no sólo para ello sino para desplazarse y recibir la pared o producir el misterio de un caño o es capaz de producir un cambio de frente que desconcierta. Ojo eso sí además de todo eso no deja de ordenar al equipo. Con él en la cancha trepa Clemente, exige Palacio, transpira Ledesma, salta a la cumbre Martín, aprende Banegas, marca Silvestre... Algo de veneno tiene en su zurda que devuelve balones embarrados de una pátina de fuego imposible de predecir su destino y menos aún de parar su implacable recorrido. Es Riquelme.

Jueves noche, entre muchos Vicuñas y pocos Vascongados:
Potosí en estos dos últimos años se ha transformado en el escenario donde se ve muy buen fútbol. ¿Qué entiendo por buen fútbol? Esa suma de capacidades entre técnicos, jugadores e hinchas que transforman la cancha en un espacio para demostrar inteligencia táctica, exquisitez técnica, lucidez para producir con el cuerpo y una pelotita gestos poéticos, fortaleza física, trabajo, pero también imaginación, creatividad, responsabilidad, amor a la camiseta, valentía, Huevo, espíritu aventurero, capacidad para manejar tiempos, equilibrio táctico para distribuir las cargas en el equipo... Todo esto se vio el jueves entre el Tigre y Real Potosí. Para semejante afirmación se exige relevo de pruebas: basta una se concretaron 7 goles. No quiero entrar en detalles ya que hoy domingo se juega la segunda parte de este partido en La Paz... Mañana escribiré un texto que recoja las hazañas de estas dos gestas.

El fútbol es una compleja maravilla que gira en el vértigo de una esfera...

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