domingo, 11 de julio de 2010

Apuntes charrúas, Umbral de la final II

Uruguay tenía la convicción de que serían puro corazón, coraje, guapeza y 100 por 100 fuerza. Y el partido fue así: jugado por los charrúas bajo el registro de la época. El rigor del campeonato mundial pesaba y mucho sobre todo en las piernas de los celestes, muchos de ellos con fatigas y lesiones adormecidas mediante infiltraciones médicas. Esto creo que condicionó el arranque tibio de Uruguay quienes tenían que administrar fuerzas, fortalecer la cabeza y el convencimiento, para luego recién encontrar rápidamente las claves para desmoronar el esquema en defensa de los alemanes. El motor uruguayo se encendió sobre la fuerza de Arévalo y Pérez. Entre los dos se construyó el equilibrio del equipo. Tanto el primer gol (en el que interviene Pérez sacándole una pelota a Schweinteiger, gran jugador) como en el segundo (en el que interviene Arévalo) los dos volantes no sólo controlaron la violenta salida de los germanos, sino que lucharon para llevarle pelotas a Cavani, Forlán y a Suárez. En ese contexto de gesta y bravura, lastimosamente Muslera tuvo dos errores críticos que derivaron en la entrega en bandeja de dos goles a los germanos. Ese fue el camino que eligió Uruguay para quedarse con la derrota. Sorprendió que Muslera esté tan nervioso y confundido en su área luego de que en 6 partidos mostró mucha solvencia, dicen que los arqueros (todos) tienes noches y noches, hoy no fue la de Muslera que se notaba su extravío.

Pese a ello, Uruguay nunca se minimizó frente a la embestida teutónica. Por el contrario, manejó los hilos en ataque, se apropió con autoridad y mucho fútbol del mediocampo y con categoría que sólo los grandes equipos muestran bloqueó la llegada de los alemanes. Nunca subestimó a Alemania, pero le faltaba piernas (a Lugano o a Fucile, por ejemplo) para no ceder tan fácil a los errores. El tercer gol Alemán llegó de una manera muy insólita: imprecisiones, marca frágil y confusiones en defensa. Sin embargo, tal vez a Uruguay le faltaba alguien que con más ductilidad y menos fuerza regule el fútbol del centro de la cancha. Esto para articular de manera más punzante las salidas charrúas. Y sobre todo para darle más legibilidad o claridad y contundencia a los ataques.

Sobre Diego Forlán se hace difícil escribir. Para mi gusto fue el jugador con más presencia en los 7 partidos jugados, fue el pistón anímico para levantar a los celestes en los momentos más complejos. Forlán intensifica el temperamento de los uruguayos. Hizo el primero (frente a Sudáfrica) y el último de los goles (frente a Alemania) para su selección. Concretó con mucha plástica y estética (y por qué no hasta con poesía irreverente) en las circunstancias más complejas para favorecer al equipo que daba señales de derrumbe. Supo inventarse las mañas, extremar recursos y forzar las piernas para ir a traer la Jabulani desde el centro de la cancha. Hizo asistencias, colaboró en defensa, fue fundamental en proyectar la salida, supo jugar con las bandas. De lejos su significancia va mucho más allá de cualquiera de las estrellitas aterrizadas en el mundial. Además que en sus declaraciones nunca se embarró con esa pátina de arrogancia, sino que emitía la serenidad a sus compañeros, a su Dt y a sus compatriotas... En fin, repito, para mi gusto el jugador más deslumbrante del mundial.

No quiero cerrar el post sin dejar escritas algunas líneas alrededor de ese gran volante Müller. Con 20 años irradia mucha lucidez y un fútbol distinto. Fue el engranaje más efectivo para hacer funcionar la fina máquina contragolpeadora, típicamente alemana. Alemania en este Mundial en apariencia dio un giro futbolístico muy relativizado frente a España donde sacó en cancha el viejo orden alemán, ese donde impera la velocidad, los largos pelotazos, la fuerza y donde la inteligencia queda subordinada a un esquema donde no interesa tener la pelota y se prioriza el cómo están parados todos en la cancha. Tal vez esta variación de juego, es decir casi con efecto pendular viraron de un futbol donde era fundamental el toque inteligente de la pelota a uno donde no interesaba ni verla. Este hecho, me parece, fue lo que complotó la desorientación del equipo. Creo que si Low hubiera sido más coherente con su propuesta y menos temeroso otro hubiera sido el destino de los alemanes. En esa confusión Müller entendió que para ganar el fútbol es importante saber hacer cosas con la pelota... Además de Müller la presencia de Özil, de Khedira dibujaron otro rostro de esta selección...

En la final creo que España tiene mucha ventaja para afrontar el partido, no es poco haberle ganado a Alemania. A diferencia de los que creen que España hizo un partido vistoso, brillante, jogo bonito con sabor al Barcelona de Guardiola me parece que exageran. Alemania creyó que la fórmula era ceder la pelota e iniciativa a los Rojos, se aglomeraron atrás y en ese trámite los que ganaron fueron los alemanes ya que no dieron ni un espacio para la llegada de goles del fútbol o futbol de salón español. Además que la posesión española fue muy lejos del área alemana. El gol, como todos saben, llegó de un cabezazo impresionante Puyol. No es un juego que a mí me deslumbre, su tiki-taka es empalagoso, eso sí cuando pasa por los pies de Iniesta cobra relevancia. Ese es su fuerte, pero creo que también los puede condenar a la improductividad en posesión, como algunas veces le pasa al Barcelona. Creo que España tiene mucha pinta de campeón. Quisiera que gané Holanda, pero los naranjas sufren del síndrome de la derrota frente a retos importantes. Y esa será la base del triunfo Español. Ojalá los naranjas me sorprendan y hoy den un giro a su historia que los obliga a perder...

1 comentario:

La Zuazo dijo...

Definitivamente, para mí lo hecho por el equipo uruguayo ha sido muy lindo. Al escuchar o ver los diferentes partidos de los charrúas, sobre todo desde octavas de final, me he emocionado inconteniblemente y he sucumbido ante el modo en que planteban el juego y, sobre todo, ante esa actitud de dejarlo todo en la cancha. Lo hecho por el gran Forlán es demasido bello, la garra con la que jugó fue grandiosa, luchándola siempre, incluso cuando en los últimos partidos no estaba pleno físicamente.

Por toda la alegría brindada le doy las GRACIAS a este equipo uruguayo.

Christian, abrazos y que la alegría del mundial nos aguante por mucho tiempo, ¿no ve?