
Caro lector, ¿a qué me refiero con una paradoja? Desde el discurso tanto la Federación Boliviana de Fútbol como el Gobierno Boliviano han emprendido una lucha descarnada por la inquebrantable defensa del fútbol en la altura. Desde los hechos el Cuerpo Técnico de la Selección ha optado por ejecutar un experimento (“con respaldo científico”, según Carlos Aragonés) para evitar los efectos de la altura en el pequeño grupo de jugadores bolivianos que brindan su irregular fútbol en distintas canchas suramericanas y europeas.
¿Dónde está la paradoja?, dirá usted. Estamos dando la razón al médico de la selección Argentina, el doctor Madero (impulsor de la proscripción del fútbol en la altura). El Comité Médico de la FIFA en junio de este año y con asesoría del doctor Madero y su colega del Brasil, señaló que el problema de la competencia en la altura es la aclimatación y que para una eliminatoria en la que los tiempos cortos son los que predominan ningún atleta podrá aclimatarse a ella, detalle que repercutirá en su salud. Bajo está lógica el Comité concluía que Bolivia al jugar en la altura obtiene evidentes ventajas deportivas, por tanto el accionar deportivo boliviano va en contra del Fair play.
Más allá de evaluar la acertada o equivocada decisión del Cuerpo Técnico, es importante subrayar que tanto Erwin Sánchez como Aragonés inyectaron inconsistencia a la inquebrantable defensa del fútbol en la altura; ya que sobre la base de un supuesto criterio “científico” mandan preocupantes señales a nuestros rivales del continente ya que ni los jugadores bolivianos (cruceños todos ellos) no pueden aclimatarse a la altura. En otras palabras, sutilmente nuestro Cuerpo Técnico (con un profundo espíritu de fakir) está dando la razón al Comité Medico FIFA. Reconozcámoslo, jugar en la altura proporciona un plus innegable. La altura existe. Sin embargo, ese plus debe ser protegido por todos los bolivianos, no sólo por los que hemos nacido en la montaña. ¿A qué me refiero con la apelación de ese término paternalista? A que se deben cuidar ciertas formas en el delicado trato con el fútbol en la altura. La altura es fundamental en la composición de nuestra topografía, pero para el fútbol boliviano es más que una ventaja es UN PATRIMONIO. A 3400 metros sobre el nivel del mar hemos conseguido los principales galardones del fútbol boliviano. Y si la Federación Boliviana de Fútbol ha decidido jugar en ella debe asumir la responsabilidad de ejercer coherencia y respeto. Porque no es coherente actuar con dos posiciones a la vez; posiciones que se superponen, que se chocan, que se contradicen. No es coherente, por un lado, defender el fútbol en la altura con un sinfín de argumentos y de estrategias, por otro, no es coherente que llegado el momento de la competencia el propio Cuerpo Técnico de la selección se convierta en el principal devaluador de los

Sí, caro lector, me dirá que lo hecho por el Cuerpo Técnico es lo que se tenía que hacer. Los jugadores que vienen del llano y de la costa sufren los rigores del sorojche. Me dirá que es una tortura para sus físicos eso de subirlos a la altura, para más tarde bajarlos y finalmente obligarlos a trepar, avíón mediante, la alta montaña hasta llegar al Miraflorino Siles. Sí, puede que la decisión de Sánchez-Aragonés sea acertada o no, pero desde un punto de vista político-deportivo, desde la difícil defensa del tema de la altura lo que provoca es un contrasentido. Contrasentido al que la FIFA, presumo, debe ver con buenos ojos.
En el inicio de este post afirmaba que la altura de occidente presiona tenazmente a la compleja geopolítica del fútbol boliviano. También afirmaba que en el actual contexto político donde pesan en exceso los sentidos de pertenencia ya sea a lo regional o a lo étnico el fútbol boliviano toma partido hacia los dos horizonte: el regional y el étnico.

Desde una mirada profundamente paranoica e invadida de susceptibilidades y sospechas presumo que la decisión del Cuerpo Técnico de fragmentar en dos grupos a la selección no es gratuita. Primero, es una decisión profundamente irrespetuosa e ingenua con la defensa de la altura. Segundo, es una decisión que responde a la compleja trama geopolítica de intereses que componen el fútbol boliviano. Tercero, en la decisión tomada es posible palpar un extraño sentido de inseguridad en el Cuerpo Técnico, a ratos da la sensación que para ellos jugar en la altura es un evidente perjuicio, pero en otros momentos dan señales que hay que aprovechar su innegable plus. Sobre esta ambigüedad ya empezaron a tomar decisiones: ojalá no se equivoquen... Y, por encima de estos detalles, ojalá que gané la selección boliviana.
2 comentarios:
christian, no soy fanática del fútbol, pero sí me interesan los temas de comunicación política. En ese sentido, es interesante la mirada que le das al fútbol. Te hice caso y revisé el Deber. Me sorprendió por ejemplo que resalten de las declaraciones del jugador Raldes los detalles de la altura, que a continuación los muestro:
-“La altura afecta, pero las ganas y la actitud de dejar todo siempre va mucho más allá”
Ronald Raldes / Defensor
http://www.eldeber.com.bo/2007/2007-10-09/vernotadeportes.php?id=071008235545
-Es recomendable leer la opinión de Jorge Flores A. / Pdte. com. Médica Tahuichi informe médico.
Saludos Christian, y te felicito por tu blog que que es más que un recorrido periodístico alrededor del fútbol.
Carola Sanjinés
Carola, muhcas gracias por complementar el post.
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