sábado, 28 de abril de 2007

Pequeño mártir (I)

A los ojos imperceptibles de mis inexistentes lectores permítanme jugar con una confusión: Los futboleros bolivianos tenemos un enano fascista latiendo huracanado en nuestro pecho hueco (tal vez no sólo en este ámbito prodigioso también en nuestro modo de imaginar y de tranzar con la política, allí de la misma manera florece este enano hambriento por poseer todos los hilos o las hilachas de la verdad, del poder). Por otra parte, después de cada derrota cohabitamos con nuestro inquilino favorito: el pequeño mártir.

Luego de ver la predecible y esperada GOLEADA (la palabra es tan precisa que tiene 7 letras, como los 7 goles de Boca al Bolívar en la cancha de Vélez) fue interesante rastrear la también predecible reacción de los nefastos medios nacionales desde los programas deportivos de radio hasta los deportivos y noticieros de la TV. Todos arriesgando criterios con una solemnidad de opa, restregando imágenes dolorosas del encuentro, en síntesis alimentando al enano fascista y despertando al pequeño mártir.

Desordenadamente y a medida que me acuerdo lanzo vagamente algunas de las reflexiones que por ahora se me cruzan en la cabeza, todas provenían o de perioDistos o de gente que despotrica teléfono mediante en los micrófonos de las radios: al fútbol boliviano le falta estructura, no tenemos divisiones inferiores, esto tiene que ver con el contexto del fútbol boliviano, vamos de mal en peor, ¡Qué vergüenza!, Siete pepinos, es la realidad del fútbol boliviano, Azkargorta nos hizo vivir un falso veranillo futbolero, nos cuesta mirarnos al espejo, es lo que tenemos, el problema fue la falta de tiempo de preparación, al jugador boliviano le falta roce, el jugador boliviano no cumple con el biotipo para el fútbol, sabíamos que el Bolívar iba a ser goleado, estamos muy mal no sólo en el fútbol, la culpa es de los dirigentes, Reyes es muy machito aquí pero allá tiembla, los argentinos nos humillaron con pisotones, codazos, escupitajos (dijo Andrés Rojas en la Fides), jugadores eran los de antes los de ahora andan entre putas y chupas, tiene que haber un recambio en el fútbol, quién se va a ser cargo de la humillación, vamos de derrota en derrota, nos va así porque somos pobres, todo el tiempo improvisamos, ¡cuidado en la Copa América con la selección!

Estas son algunas. En fin las opiniones son tan abundantes, tan redundantes, tan asfixiantes que muestran ese perfecto mecanismo de repartir culpas que tanto nos caracteriza. Facilito hacemos comunidad para encontrar a nuestro chivo expiatorio. Todas (incluidas las mías) parecen sentencias enunciadas por ese pequeño fascista que nos habita y que ladra en contra del enemigo común. ¿Alguien intuye alguna remota salida para escapar de este abigarrado espanto? Si alguien la tiene estaré en el blog jugando tiritos al arco con mi pequeño mártir.

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