Lo de Italia asombra por la enorme inoperancia de una selección que frente a Nueva Zelanda naufragó y se hundió en lo profundo de su mediocridad . Volviendo a ver el partido o parte de él sorprende que la única situación clara de los tanos fue en el primer tiempo cuando Monteolivo lanzó un disparo que choco en el poste. Italia fue un desastre. Atacó casi todo el partido pero no creó peligro. Tiró diez mil centros que los zagueros neocelandeses rechazaron con comodidad. Tanto que en el segundo tiempo se dieron cuenta de que su rival era mucho más en los papeles que en la cancha y hasta tuvieron un rato la pelota, mientras Camoranesi y compañía seguían pateando y tirando centros sin destino. Es difícil que Italia progrese mucho con tamaña falta de talento en la cancha. No es solo la falta de Del Piero, de Pirlo sino ya la de un delantero como Inzaghi, alguien un poco más fino que estos Iaquinta y Gilardino. Di Natale, del que tanto se habla, juega por afuera y mostró muy poco hasta aquí. Del otro lado, Nueva Zelanda se colgó por momentos del travesaño, pero su defensa hizo un buen trabajo, con los tres centrales Reid, Nielsen y Smith sacando todo. Con lo hecho ya se pueden ir tranquilos a casa. Los dos goles despiertan sospechas. El de los neocelanadeses parece ser que estaba en posición adelantada y el penal para los tanos responde más a una exageración del árbitro que una aplicación inteligente del reglamento.
Días pasados rogaba acabar con el mito de Brasil… Me ratifico. Es seguramente una de las selecciones brasileras menos espectaculares y vistosas. Pero, sin embargo, es la más efectiva y pragmática. En el área contraria es letal. Su pragmatismo llega al extremo de recurrir a cualquier recurso como Luis Fabiano y sus dos sutiles juegos con la mano. Poco importa que falten las florituras de los Ronaldinho, Adriano, Diego, Ganso y otros con magia en sus pies que no están en Sudáfrica porque a Dunga no le apetece. En su lugar, brillan rocas en el centro del campo como Felipe Melo o Gilberto Silva, expertos en la retaguardia como Juan o Lucio, con Julio César cubriendo sus espaldas. También está Maicon, demostrando por qué es el elegido para el carril derecho. O Michel Bastos, un extremo reconvertido a lateral que también sorprende por lo bien que trabaja en la banda izquierda. En el primer tiempo, Brasil hizo el mejor gol del torneo, cuando Luis Fabiano se la tocó de taco a Kaká, este le devolvió un pase asombroso y el delantero fusiló al arquero y la clavó en el ángulo. Este gol fue fundamental para noquear a los marfileños que se hundieron en una patética improductividad que ni Drogba se salvó. Es una pena porque para muchos de esta generación de jugadores marfileños será su último mundial. Además que se trataba de la esperanza africana pero al parecer todas las selecciones se hundirán en esta primera fase. Volviendo a Brasil este es un Mundial realmente duro. Brasil demostró solidez. Especialmente esa capacidad para definir en el momento menos pensado desde una situación de intrascendencia y producir la jugada más brillante en medio de la monotonía y la tensión. Es un equipo durísimo al que, por ahora, se le pueden hacer muchos reproches. Jugar este mundial es muy difícil. Y parece que Brasil está encontrando las claves para poder manejarlo… Veremos…
Días pasados rogaba acabar con el mito de Brasil… Me ratifico. Es seguramente una de las selecciones brasileras menos espectaculares y vistosas. Pero, sin embargo, es la más efectiva y pragmática. En el área contraria es letal. Su pragmatismo llega al extremo de recurrir a cualquier recurso como Luis Fabiano y sus dos sutiles juegos con la mano. Poco importa que falten las florituras de los Ronaldinho, Adriano, Diego, Ganso y otros con magia en sus pies que no están en Sudáfrica porque a Dunga no le apetece. En su lugar, brillan rocas en el centro del campo como Felipe Melo o Gilberto Silva, expertos en la retaguardia como Juan o Lucio, con Julio César cubriendo sus espaldas. También está Maicon, demostrando por qué es el elegido para el carril derecho. O Michel Bastos, un extremo reconvertido a lateral que también sorprende por lo bien que trabaja en la banda izquierda. En el primer tiempo, Brasil hizo el mejor gol del torneo, cuando Luis Fabiano se la tocó de taco a Kaká, este le devolvió un pase asombroso y el delantero fusiló al arquero y la clavó en el ángulo. Este gol fue fundamental para noquear a los marfileños que se hundieron en una patética improductividad que ni Drogba se salvó. Es una pena porque para muchos de esta generación de jugadores marfileños será su último mundial. Además que se trataba de la esperanza africana pero al parecer todas las selecciones se hundirán en esta primera fase. Volviendo a Brasil este es un Mundial realmente duro. Brasil demostró solidez. Especialmente esa capacidad para definir en el momento menos pensado desde una situación de intrascendencia y producir la jugada más brillante en medio de la monotonía y la tensión. Es un equipo durísimo al que, por ahora, se le pueden hacer muchos reproches. Jugar este mundial es muy difícil. Y parece que Brasil está encontrando las claves para poder manejarlo… Veremos…
No puedo cerrar este post sin escribir sobre el árbitro francés Lannoy quien definitivamente hizo el peor arbitraje del campeonato. Validó el gol con doble mano de Fabiano. Dejó pegar en extremo a los marfileños. Y para colmo expulsó al que recibió los golpes. Dejó pasar dos pisotones que eran para tarjeta roja. Costa de Marfil terminó apenas con tres amonestados, cuando bien podrían haber ido presos.
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