Hay tanto que decir, pero a la vez tampoco que este post se ahorrará la tarea de verbalizar la parodia del 13 de octubre. Sin embargo, no puedo dejar pasar unos cuantos datos. Ni bien acabado el partido nuestra torpe comunidad periodística ya estaba afilando las hachas y poniéndose las camisas de leñadores para acabar con el escaso capital futbolístico de los once de Sánchez. Los periodistas gobiernan en el corto plazo, lo controlan, lo administran y sobre él ejercen su poder. En su balance corto placista los chivos expiatorios de este desastre son los jugadores que dejaron de entrenar para preocuparse por satisfacer sus arcas con verdes. “Amigos de la prensa”, como dice el Presidente, el 7 de septiembre de 2003 Bolivia perdió 5 a 0 con Uruguay, el único jugador que encaró ese partido y el de ayer fue Miguel Ángel Hoyos. Uruguay repitió cuatro: Diego Forlán, Carlos Bueno, Regueiro, Vicente Sánchez. Bolivia renovó casi en su totalidad su cantera de jugadores.
Bolivia atraviesa una crisis deportiva, educativa demasiado profunda. Si se quiere transformar este horizonte secuestrado por la derrota, no se trata simplemente de potenciar la alicaída Liga profesional, ni de fortalecer la inexistencia de “divisiones inferiores”, ni de traer a un técnico con un currículo demoledor, el problema es mucho, pero mucho más complejo.
En nuestra comunidad a nadie le interesa el deporte. Obviamente hay una serie de dirigentes que atan y desatan la intrincada burocracia del fútbol, pero este lío del fútbol excede sus capacidades y sus competencias. Para desandar este camino de derrotas no queda más que tomar en serio a la educación y el deporte. Y no concentremos responsabilidades en un par de funcionarios. Es decir, no nos desliguemos de responsabilidad de este desastre. Democraticemos las responsabilidades: desde el Presidente de la República, pasando por sus Ministros de área, más los Prefectos (incluidos los prefectos que manejan fortunas), las alcaldías, los vecinos, los profesores, los profesores de educación física (hagan algo ¡Por favor!), las autoridades de Clubes, los dirigentes, el presidendete de la FBF, de la ANF, los deportistas, en fin... El deporte y la educación es tarea de todos, responsabilidad de todos y responde a una ingeniería humana y a un conjunto variado de políticas, de variables, de prácticas, de saberes, de condiciones, de retos, de oportunidades.
En Bolivia se exigen resultados pero nadie trabaja para alcanzarlos. Una muestra de ello es rastrear lo que ha hecho la FBF para erradicar nuestra cómoda costumbre de perder. Ese rastreó muestra que lo único que se hizo fue cambiar al presidente de la FBF y conseguir un nuevo DT. Eso es todo. Para trascender de nuestra estructura futbolística circular que nos condena a la ceguera de la derrota con urgencia tenemos que descubrir nuestra cuota de responsabilidad, desde el lugar donde estemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario