martes, 4 de marzo de 2008

Ramiro Blacut, entrampado en los dimes y diretes


La salida de Blacut y la abrupta llegada de Habegger al banco bolivarista está causando demasiado ruido y, lo que es peor, un confuso ambiente invadido de rumores, entre dichos y trascendidos. No es difícil, en ese ambiente, percibir la sensación de que la dirigencia bolivarista esta vez equivocó la ruta y que actuó lejos de la hábil cintura política que caracteriza y caracterizó al presidente celeste.


El "tema" de la salida de Blacut llegó el día viernes 29 de febrero a los programas deportivos radiales faltando dos días para el siempre complicado clásico. Llegó como un dulce regalito a los medios envuelto en un paquete membretado con el rótulo de primicia. Desde ese día hasta hoy martes el "tema" cogió la fuerza de un aluvión de rumores. Con semejante insumo los distintos programas deportivos no perdieron la oportunidad e instauraron con gran fuerza la polémica de la semana. Polémica que tiene como núcleo narrativo la salida de Blacut y persigue el efecto de que se va de la dirigencia técnica del Bolívar por la indisciplina de los jugadores socapada por la dirigencia. Por lo menos esa es la sensación que percibe este redactor de blog luego de haber monitoreado ciertas reacciones periodísticas. Un ejemplo de ello fue la declaración de Quique Rivera y Alberto Funés, en el Panamericano Deportivo, quienes aseveraban que el profe Blacut fue: "Otra víctima de la indisciplina".

Sin embargo, dejando de lado la línea de ese análisis es posible afirmar que Blacut abandona la dirección técnica porque lastimosamente ha perdido ciertos reflejos vitales en la vida profesional de un Dt. Lo afirmado no asume entre líneas ningún juicio de valor en contra de la carrera de Blacut. Por el contrario, es una defensa a su importante y meritoria carrera.

Una de las vertientes del problema surge, según la mirada de este redactor de blog, cuando el profesor Blacut tiene que cohesionar a los grupos, instaurar los equilibrios en el vestuario, gestionar los cambios, motivar a los suplentes que incuban frustraciones en el banco, motivar a los que alguna vez brillaron, en fin... Al parecer, en el Bolívar 2008 le costó una enormidad ejercer su responsabilidad de establecer un orden, una metodología que agilice las rutas que desembocan en los objetivos.

Otra vertiente del problema surge, creo, cuando el profe cede demasiado a sus obsesiones: la disciplina militar, por ejemplo. Disciplina militar que puede funcionar como estrategia para evitar las usuales y corrosivas parrandas pero que no activa una válvula de escape al estrés que se concentra y se acumula en el grupo y que a la larga asfixia y corroe. A esta obsesión se asocia su escasa capacidad de comunicación, que creo que confundió a los jugadores, a los miembros del cuerpo técnico, provocó ambigüedades y malos entendidos. Por otro lado, subestimó el carisma como herramienta fundamental para conducir un grupo, mojó el fósforo con el que se enciende la actitud de los jugadores. Blacut seguramente es uno de los técnicos que más sabe de fútbol en Bolivia, pero ha perdido la habilidad necesaria para transmitir ese saber ya sea con las palabras, las actitudes, las decisiones, los estados de ánimo.

Un último punto, respecto a la comunicación y a las confusiones: Así como no es justo que José Alfredo Castillo declare que “no le entiende” o “que es un tipo aburrido” y lo embarre de pullas y de mala leche, tampoco es justo que el Dt Blacut salga a dar una conferencia sobre la base endeble de un rumor y acuse entre líneas que el equipo atraviesa una crisis de indisciplina [dice: "Hubo un cumpleaños de alguna señora de uno de los jugadores, una cena a la que algunos asistieron con sus esposas, y probablemente hubo algún exceso de algún jugador o de algunos jugadores"]. En el fútbol de hoy, mediático por sobre todas las cosas, una virtud de los técnicos es saber declarar y no declarar para generar escenarios adversos que regresan con la fuerza de una guadaña. A favor de Blacut, habrá que subrayar que se trata de un DT que no compite en protagonismo con los jugadores y que tampoco embarra la trayectoria de ninguno de sus dirigidos.

No es un mal técnico, y lo ha demostrado en canchas complicadas como las ecuatorianas, pero su potencial en la dirigencia técnica en Bolivia siempre estuvo atravesada por malos entendidos, decisiones poco acertadas, tardías, ambiguas. La oportunidad de la gerencia técnica que le da la dirigencia celeste es importante porque definitivamente abrirá un otro horizonte profesional necesario para el Dt, y dependerá de él limpiar esas connotaciones negativas de falsa despedida de la dirección técnica que ahora abundan en los medios. Gerenciar la dirección técnica es una tarea demasiado seria, pese a que en otros clubes sólo sea un mecanismo para tener un técnico de “auxilio” en caso de que se pinche el oficial. Me refiero concretamente al Tigre que contrató al profesor Orozco y que hasta ahora no se visibiliza su trabajo.

Respecto a la dirigencia celeste definitivamente no calcularon bien los tiempos, tampoco calcularon los efectos y la bola de rumores que se iban a configurar desde los medios. Por ahora, la llegada de Habegger cierra este capítulo…




3 comentarios:

Unknown dijo...

Blacut es un técnico perdedor por naturaleza, nuncca a ganadonada. Se va a ocupar un escritorio porque en la cancha ya no puede. Es así de simple y doloros. Ahora, ¿quién es habegrger? Es un Blacut argentino. AL parecer las cosas no cambiaron demasiado en el Bolívar, todos aquellos que creíasmo que la dirigencia nefasta se acabó con Cuéllar nos equivocamos, porque al parecer Loayza y su clan (hijitos incluidios) son de la misma calaña.


Andrés Martínez
ojoporojoster@gmail.com

Anónimo dijo...

Blacut es kencha, no le fue bien en Bolivia pero en el exterior ya sabemos que disfruto de la gloria.
Creo que el Bolivar va a mejorar mucho con esta dirigencia va a resucitar el futbol nacional y va empujar para que otros clubes se esfuercen y se vuelvan competitivos, la liga se convertira en todos contra el Bolivar y eso sera bueno para el futbol nacional.
Por el poco tiempo en que vienen desarrollando sus planes y el megaproyecto que tienen estos dirigentes pienso que van por buen camino
Los errores se los puede ir corrigiendo con el paso del tiempo, lo importante es identificar el problema y solucionarlo.
Agustin Viloco
PD> andres, cual es el problema de trabajar con los hijos?,Habergger fue uno de los tecnicos que mas alegrias le dio al Bolivar en los 80's. Dirigio la seleccion y nos falto 1 gol para clasificar a Italia. saludos

Varios dijo...

Comentario al comentario de Agustín Viloco.

Oye tu apellido trae muy malos augurios a los estronguistas.

No me gusta debatir el fútbol desde la trinchera de los clubes. Soy estronguista, pero hablar de fútbol desde la condición de hincha creo que reduce el debate. Y se instaura una falsa polémica. Así que en mi opinión intento despojarme del peso de ser hincha. No creo en la objetividad futbolera, uno habla desde sus intereses.

El Bolívar todavía es una promesa, un cheque en blanco, una posibilidad, en otras palabras un proyecto. Jugó muy pocos partidos: ganó al estronguer, al Ciclón y pare de contar y recién llegó el Dt oficial.

Por tanto, creo que hay que empezar a administrar las promesas. Los Loayzas tienen la capacidad suficiente para gestionar esta promesa, veremos cómo les va.

Christian Vera