viernes, 26 de diciembre de 2008

Apuntes sobre el blog

La Palabra Esférica cumple 20 meses en la red. Desde su inicio nunca fue una herramienta configurada para instaurar un juego vertical de poderes entre el que escribe –supuestamente el sujeto que sabe– y el sujeto que lee –ese ser pasivo que consume acríticamente–. Por el contrario, se trata de un espacio en el que un silvestre lector de fútbol –voraz consumidor del flujo de informaciones deportivas– produce contenidos. Pero, se trata de un productor de contenidos que para dibujar los matices de su opinión no se sostiene de ninguna de las plataformas que construye el poder. Es decir que se encuentra lejos, pero muy lejos de la palestra comunicacional de las redacciones de diarios, de los sets televisivos o de las cabinas de radio. Tampoco se escribe el blog desde la jerarquía dirigencial, allí en la esfera de las altas decisiones. No, en La Palabra Esférica lo más importante es la palabra y su relación con el fútbol, ambos objetos indóciles. Se trata de una palabra que se la enuncia con la polera del Tigre puesta cerca al corazón, y donde se reivindica ese sabroso territorio de la cancha y del asombro que brota de la infancia lugar en el que se instauran las primeras exploraciones en las dimensiones poéticas que ofrece el juego. La Palabra Esférica nunca buscó visibilidad en un entorno donde prevalece y se destaca la precariedad formativa del periodismo deportivo, además de la inoperabilidad de los gestores del fútbol profesional y la voluble relación entre el futbolero y su escasa visita a la cancha o a las citas que diariamente ofrece el fútbol. Esta es la única certeza que traspasa toda la puesta textual del blog hacer del fútbol, del balón un aleph para indagar, saborear, putear sobre eso que se nombra como la condición humana que gira en la esfera circular conocida como tierra. Bajo la premisa de ese sentido en el blog se propone una búsqueda desesperada por instaurar debate, pero que a su vez tenazmente evade las discusiones agresoras, alarmistas, descalificadoras y poco fundadas que llegan bajo el rótulo de anónimo. Y esto básicamente porque nadie que tenga algo interesante para decir lo hará en forma anónima. La Palabra Esférica en estos 20 meses nunca pretendió sumergirse en la vorágine de la agenda futbolera del día a día, tampoco se ahogó en el debate tacticista, desde otra vereda ha intentado potenciar un vuelo textual futbolero alternativo con contenidos, datos, miradas como reto permanente a las limitaciones del redactor y responsable del blog. Entonces, lejos del hinchismo fascista que potencia el encono y la intolerancia, muy lejos del amiguismo entre periodistas y futbolistas/dirigentes y tratando de no caer en el personalismo solipsista este blog amagó el chenko de las apreciaciones simplistas que juzgan si fulano jugó bien o mal. Por el contrario, se manipuló otras aristas que apuntan a describir cómo se mueven los poderes en el fútbol, cómo su discurso va por un lado y los hechos por otro. El blog concentró su mirada en cuestionar la hegemonía de la lógica del mercado en el núcleo del fútbol moderno, en cuestionar el alto desprecio actual a la dimensión estética que viaja con una pelota. También se cuestiona permanentemente la presencia de dirigentes que ignoran lo honorable y lo importante que es cumplir la tarea política de dirigir un club. Definitivamente el motor del blog fue la tarea de asignar sentido a las palabras identidad, pertenencia, memoria, esfuerzo, persistencia, ideología, impostura que se desplazan alrededor y en el centro del fútbol con el fin de reivindicar y poner en debate otras miradas y otras ideas sobre el fútbol.

En esta tarea debo agradecer la asombrosa lucidez poética de los textos futboleros de Daesu, la admirable pluma de Walter Vargas, la creatividad asociativa de Hugo Asch, el talento para explorar las otras dimensiones del fútbol de Ariel Ascher, el rigor en desnudar de Ezequiel Fernández Mooreses a esa maraña de intereses que entrampan al fútbol, la biblioteca futbolera siempre a disposición de Mario Murillo, las visitas constantes al blog de ese extraño sociólogo bolivarista Andrés Martínez, la permanente compañía en asistir al rito de ir a la cancha y de odiar a Boca con toda la pasión de mi sobrino Ivo. También debo agradecer el trabajo que diariamente encaran todos los enemigos de La Palabra Esférica que por suerte son varios, de escaso talento. Enemigos que redactan insultos sin ninguna capacidad argumentativa, por tanto se reducen a profundizar en el insulto, en el agravio. Por supuesto que ustedes seguidores del blog (no sé si es que existen) no leen estos mensajes. Esto por un motivo fundamental: el blog tergiversaría su objetivo, transformándose en una enorme masa informe de insultos. Planteados los agradecimientos cierro esta entrada deseando que el fútbol no deje de motivar el continuo laburo que exige un blog que pretende reivindicar otra mirada y otras ideas sobre el fútbol.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Carta de un Tigre Silvestre al presidente electo del club


Estimado don Sergio:
¿Conoce usted el mito de Sísifo? Sísifo diariamente emprende la tarea de cargar la inmensa roca en el hombro. Parte de cero. El destino de Sísifo le impulsa a emprender, a conquistar la cima. Cuando Sísifo se acerca a ella las distintas circunstancias lo vencen y suelta la roca que cae imponiendo su inmensidad. El destino de Sísifo es volver a emprender la gesta. Nuevamente partiendo de cero. Aquí se concentra la fuerza de su drama.

Como usted bien sabe esto de llegar a la presidencia atigrada es cosa seria. Es una réplica del mito de Sísifo, ya que es una tarea donde siempre hay que empezar de cero. Así que don Sergio nuevamente a cargar la inmensa roca. Definitivamente se trata de un compromiso que hay que encararlo desde el equilibrio que ofrece la inteligencia, la experiencia y la pasión que despierta nuestro Tigre. La complejidad de su gestión se potenciará aún más después de la debacle administrada y financiada por Jorge Pacheco (2004-2008), quien lastimosamente y más allá de sus buenas intenciones –si es que las tuvo– usó la plataforma dirigencial como una vía para no alejarse de las bonanzas que trae el poder. Al ex – ministro de trabajo de la UCS el gerenciamiento del club fue una responsabilidad que le quedó muy, pero muy grande respecto a sus capacidades. Y este fue desde mi criterio el núcleo de estos 4 años de penumbra, demagogia, tristeza, fracaso y más demagogia. Inicio esta carta recordando brevemente la anterior gestión porque en ella se grafica perfectamente todo lo que NO hay que hacer. Ese tiene que ser el mejor legado de Pacheco en estos 4 años de permanente sombra.

Señor Asbún, ojalá que la palabra proyecto tenga –en estos dos años venideros de su gestión– un correlato con la realidad institucional del club y no sea un simple comodín para salir del paso frente a las vicisitudes. La comunidad atigrada está hastiada de la demagogia permanente a la que nos acostumbró la anterior gestión, de la inoperancia consecutiva para administrar las finanzas, para configurar y fortalecer la ingeniería futbolística y para rediseñar el orden institucional del club. En ese sentido, quiero reiterarle que el Tigre atraviesa una crisis galopante de gestión. En Achumani se agotaron las ideas y se instauró la mediocridad como hábito para sostener la administración del club. Es por eso que me atrevo a recomendarle no rodearse de oportunistas, de benjamines, de amigos “fieles”, el Tigre necesita gestores, gerentes que reordenen la débil economía del club, necesita gestores deportivos que potencien la ingeniería futbolística y gestores que rediseñen los objetivos primordiales de nuestra casa.

La tarea es enorme y seguramente el peso del corto plazo ayudará a dejar de lado lo importante. Esta vorágine es la que no permite construir una institución con otra filosofía, con otro horizonte. En este contexto, casi ningún dirigente atigrado estuvo a la altura del desarrollo del fútbol como negocio, como generador de ingresos, como proveedor de entretenimiento para el espectador, como escuela formadora para la vida, como matriz cohesionadora de pasiones stronguistas. Ojalá don Sergio dé batalla a la vorágine del corto plazo. Ojalá doblegue esfuerzos para combatir a toda esa coraza de mediocridades en la que se refugian tercamente algunos stronguistas. Stronguistas que hábilmente se reciclaron en su candidatura…

Por las señales dadas entiendo que usted no caerá en la tentación dirigencial de crear en la comunidad atigrada una hiperinflación de expectativas. Entiendo la urgencia por armar lo antes posible un equipo competitivo para encarar los 4 torneos que le esperan al The Strongest en el 2009. Pero no caiga en los errores de otros quienes creyeron que al acumular jugadores “caros” estaban armando equipos imbatibles (¡Ay ingenuos!). Cuesta armar un equipo, pero cuesta mucho más formar jugadores que lleven la impronta atigrada. El Tigre, por ahora, no tiene ni lo uno, ni lo otro. Este es uno de los rasgos de esta feroz crisis que carcome trozos inmensos de nuestro futuro. Por lo tanto, muy humildemente le recomiendo instaurar en la comunidad atigrada la palabra paciencia, la palabra proceso pero con contenido y trabajo y no como escudo frente a la negligencia. ¿Por qué recurro a estas palabras? Porque para armar un equipo con las características del 2003 se necesita paciencia, recursos, un cuerpo técnico capaz de domar el vestuario y con mucho criterio pedagógico y futbolístico. Y para empezar a generar el trabajo en serio en la formación se necesita diseñar un proceso. Un proceso armado tomando en cuenta un conjunto de variables fundamentales de tal manera que no se diluya en un par de meses. Para ello hay profesionales con perfil interesante como el profesor Saenz quien hasta ahora no ha tenido ninguna oportunidad para formar jugadores dentro de las características de un proceso y en equipos “profesionales”.

De mi parte, como siempre, como un Tigre Silvestre -enemigo de los falsos protagonismos- estaré ahí para aportar al club ya sea con las tarjetas de oro, con mi constante presencia en las gradas del Siles, con la modestia que mis opiniones y mis limitaciones ostentan.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La Paz F.C. 3 – San José 3

No me gusta extraer metáforas de la guerra para –a partir de ellas– abordar la épica moderna que se teje en el fútbol. Pero el partido entre San José y La Paz Fútbol Club es solamente abordable –someramente legible– a partir de palabras que tienen que ver con la épica, la batalla, la gesta, la fuerza extrema, el coraje, la guapeza, el abundante sudor inundando el césped, la euforia de las gradas... Y es que La Paz F.C. y San José jugaron –en toda la dimensión que ostenta el término– el partido sobre el guión con el que se ponen en escena las grandes gestas. Dentro de esta salvaje vorágine futbolística el proceso y el resultado del partido no debe sorprender a nadie. En principio, se cumplió esa sentencia futbolística que dicta que el partido acaba en el momento en el que el árbitro determina aquello. Como toda gesta no hubo segundo que fuera abandonado por la displicencia del ritmo de juego. No, el partido fue literalmente una vorágine. El epicentro de ese remolino impetuoso fue el estadio Jesús Bermúdez de Oruro. En este salvaje huracán de fútbol San José en cancha replicaba las coartadas que se ejercen en las más temibles batallas. Es decir, asfixiar al rival –futbolísticamente hablando– a través de todos los medios posibles. Con esta consigna los 11 santos no titubearon en el momento de instaurar el repliegue de La Paz F.C. a plan de dinamitazos o pelotazos que generalmente partieron del ingobernable pie de Alex da Rosa, o del cañón de Darwin Peña. Pero, los de La Paz F.C. con estrategias dependientes de la prolijidad y el toque abrieron resquicios , provocaron errores y punzaron las zonas vitales de los quirquinchos, como el área chica y, sobre todo, el desborde y dominio por las bandas. Sólo así es posible reconstruir el sinuoso camino por el cual se generaron los tres goles (dos de Fierro y uno –el más importante– del imprescindible Hurtado). Con estos ingredientes el festín de fútbol en Oruro se potenció aún más con la irrupción de los goles que definitivamente descargaron electricidad en exceso a un partido que adquirió diversidad de matices y de tonos; todos conjugables con la fastuosidad de lo heroico. Para mi paladar futbolero importa poco que haya clasificado La Paz y que haya quedado al margen San José. El partido trasciende el marco coyuntural… El fútbol que jugaron San José y La Paz F.C. fue un aluvión continuo de exquisitas ráfagas futboleras que a uno le incentivan a olvidar que el partido se dio en el contexto de la mediocridad del fútbol liguero boliviano, la absurda agresividad de Alex da Rosa. Por todo lo expuesto en este modesto texto no hago más que aventarme a los vaivenes lúdicos que ofrecen las sabrosuras del fútbol…

Foto: Acción, La Prensa

Derby

El tristísimo cierre del Barça, la temporada pasada, incluyó muchas cosas: la decadencia de una época llena de esplendor futbolístico y mediático (por la vía de Ronaldinho y Etoo), la confirmación del liderazgo de un par genio como Xavi e Iniesta -pese a todo-, la fragilidad de Lio Messi -sus lesiones por un desgaste físico casi obligatorio-, el momento cansino de Rafa Márquez -su incomodidad frente a la presencia cada vez más necesaria de Milito en la zaga, hicieron de Rafa un defensa casi prescindible-, la mala jugada de Etoo al desafiar su estancia entre los catalanes con un gesto pusilánime y cobarde, una serie de derrotas que lo colocaron al borde de la Champions y que tuvo su punto central en el Santiago Bernabeu, escenario donde el Madrid tuvo chance de confirmar su buen momento, e hizo de ese Derby un carnaval de goles, jugadas, toque y baile. Ese juego fue una pesadilla cuyo pórtico no pudo ser más preciso: un pasillo que saludaba al virtual campeón, pero también al enemigo definitivo.

La historia del Deby Español también incluye muchas cosas. La presencia de Francisco Franco y su campo de influencia -aunque algunos historiadores lo nieguen- sirvió para acrecentar los éxitos del Madrid. El asesinato de Sunyol durante la Guerra Cívil (Presidente del Barça en ese entonces), el tráfico de jugadores al margen de la ley, la falta de garantías ofrecida por la policia que resguardaba el partido de vuelta en una -sospechosa- final de Copa, tres goleadas históricas de 5-0 (dos del Barça, una del Madrid), junto al evidente favoritismo arbitral que ha perseguido la historia de los merengues, ha ubicado a éstos del lado de ese sector privilegiado por una sistema que se organizó en las entrañas de un evidente poder militar. Sin embargo, también es cierto que el Real Madrid ha sido superior al resto de la competencia en más de una ocasión. Su necesidad de triunfo es casi marcial y su aplicación parece el diseño de una maquinaria hecha con soberbia, poder monetario y voluntad estratégica.

El Barcelona al que enfrentará el sábado no es el mismo al que dejó en rídiculo la temporada pasada. El orgullo, el pundonor madridista puede que no alcance. Jugadores como Higuain o Robben (lo mejor que tiene los blancos) se enfrentan a una muy flexible línea media que involucra fuerza física, soltura casi dancística y una indudable técnica individual. Los duelos que se avecinan en las distintas zonas del campo parecen favorecer a los catalanes. Henry contra Ramos, Messi contra Salgado, Cannavaro contra Etoo. Apuesto a la onza de un jugador como Messi, que el Barça gana con cierta solvencia. No apuesto nada, eso sí: en el futbol hay fantasmas que se encargan de arrojar al sumidero cualquier estructura.




Daesu

jueves, 11 de diciembre de 2008

El gran Tigre argentino…

En medio de la exagerada histeria del fútbol argentino surgió un club que desentona con la rutina futbolera arrogante del país de Borges. Lejos del glamour y la pedantería de los xeneizes. Sin la soberbia de Riquelme. Sin la grandiosa ayuda de arbitrajes sospechosos. Alejadísimo del presupuesto de San Lorenzo, del de River Plate incluso del de Independiente. Con la mística voraz que sólo los grandes equipos configuran, el Tigre de Diego Cagna es de lejos una fastuosa máquina de goce futbolero.

No se puede redactar ni una línea más sin precisar que el azar y el peso de las circunstancias nunca dejaron de acompañar en esta peripecia a este gran Tigre argentino. Aclarado este punto es importante subrayar que el perfil de su Dt impregnó al equipo de extraños valores en un fútbol donde la monedita común es la arrogancia, la desubicación permanente, en síntesis distintas versiones del inmenso ego futbolero argentino. En ese pesado ámbito, Diego Cagna asombrosamente nunca cayó en vericuetos lingüísticos para explicar la simpleza de su eficaz proyecto futbolístico. Tampoco cede a la demagogia para vender su sutil pedagogía en las canchas. Es un combatiente de la verborragia, de la declaración hábil para justificar las derrotas o los distintos tropezones que ha sufrido su equipo. Pese a esto, el periodismo argentino no se agota en perseguirlo, intentando catapultarlo como el nuevo héroe, para luego sacrificarlo (tal cual hicieron con Simeone en su paso de Estudiantes a River) en el mismo escenario en el que antes lo vanagloriaron. Una constante de ese periodismo es que no se cansa de rotular a Cagna como el pichón de Bianchi. Y es que Cagna logró como el virrey que todos en el equipo (es decir, aquellos que se los conoce como titulares y suplentes) se sientan importantes. Cosa difícil en el fútbol actual, hipercompetitivo. Y esto no es un mero lugar común del elogio. Los hechos lo demuestran…

Martín Morel, jugador que vino al fútbol boliviano pero no tuvo ningún éxito, a sus 27 años estuvo a punto de abandonar el fútbol. Llegó a Tigre y de él nunca podía trascender del banco de suplentes. Sin embargo, Cagna manteniendo un interesante equilibrio entre titulares y suplentes hizo ingresar al ahora mejor jugador de Tigre, Morel. De a poco se transformó en el jugador más importante de este campeonato. Lo mismo con Luna, jugador clase B para el canon de los equipos grandes. Cagna lo transformó en un Henry de arrabal porteño a la hora de definir. Otro interesante jugador Altobeli que encarna la historia borrascosa del sacrificio por sobre todas las cosas. Está también Lazzaro un jugador archivado en la C gaucha y que mediante Tigre llegó a Estudiantes, equipo en el cual no propuso nada de fútbol, motivo por el cual volvió a Tigre, tal vez porque Lazzaro está acostumbrado a los equipos que han cambiado el glamour futbolístico por el amor rabioso que provoca el juego. No quiero olvidarme de la llegada del gran veterano Arruabarrena que le incorporó a Tigre en el centro de la cancha un motor de amplio kilometraje y de doble tracción… El arquero Islas es otra interesante herramienta de este equipo que ya goleó a Boca en la bombonera, que ganó a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, que ganó a Lanús, a Velez, a River…


Ojalá este domingo Tigre rebase a Banfield y que en el epílogo del fútbol argentino se consagre campeón…

jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Por qué es tan difícil la situación atigrada?

- Porque en una institución configurada a tropezones –construida exclusivamente sobre el dictamen del coraje y la extrema aventura– su elite dirigencial se reduce a inyectar recursos para salvar el momento y no ideas, menos fútbol en sus dos caras: la formativa y la profesional-competitiva.
- Porque la crisis y la debacle forman parte del ciclo de vida stronguista. En este difícil cuadro la complejidad para transformar la institución –la casa del Tigre– en una estructura sostenible se convierte en una utopía.
- Porque esta improvisada aventura de Jorge Pacheco –de casi 4 años de sistemática inoperancia– no hereda al club más que una deuda de 328.839 dólares. Y nos deja el mal sabor de su gestión que jamás encontró un norte ni en lo deportivo, ni en lo institucional.
- Porque Pacheco lega al Tigre un trocito de su inmenso patrimonio familiar: 5.865.192 millones de bolivianos con el fin de cubrir el orificio de la deuda. Dinero con el que Pacheco busca dejar en su salida un gesto heroico de su gestión y forma parte de su estrategia política para defenderse de la enorme voracidad de sus opositores –inmensa masa, por cierto. Sin embargo, habrá que recordarle a Pacheco que esa es la suma que el Tigre hubiera quintuplicado si es que clasificaba a Copa Libertadores o a la Copa Sudamericana en los cuatro años de su gestión…
- Porque el informe de gestión de Pacheco le hace un amague riguroso y hábil a las deudas impositivas, a los pases de jugadores, sobre todo el de Escobar. Detalle que pronuncia más la agonía aurinegra…
- Porque el estado de la cuestión del Tigre dibuja un contexto que nuevamente incentiva a que el club priorice la llegada de capitales antes que de ideas. Por tanto, la coyuntura exige que aterricen los apellidos de siempre con sus temeresosas billeteras…
- Porque las caras visibles de la hinchada replican las estrategias demagógicas de la dirigencia y no trazan alternativas para salir del foso…
- Porque lastimosamente el destino atigrado tiene en frente a una elite dirigencial mediocre con escasísimo potencial creativo para reconfigurar la institución. También se trata de una dirigencia que no se cansa en mandar señales en los que es fácil palpar que no tendrán recursos suficientes para afrontar la empresa del renacimiento atigrado.
- Porque esta crisis reincidente sumerge cualquier voz alternativa a este coro decadente que transforma la asamblea atigrada en un vulgar escenario para proyectar sus limitaciones. Y me refiero no sólo a Pacheco, sino a los sujetos que operan en la oposición, cómplices de esta debacle…

Foto: Suplemento Acción, La Prensa.

martes, 2 de diciembre de 2008

Messi vs. Ronaldo

Porque el futbol es un sistema próspero de mercado, finanzas redituables, pasarelas inamovibles de esplendor mediático, Cristiano Ronaldo debe ser nombrado el Mejor Jugador del Año. Su principal competidor, según el mismo portugués, no reúne los méritos suficientes para ganarle. Y continuando con su apabullante modestia, afirma que Él ganó la Champions y la Premier League, restándole mérito así a sus compañeros de equipo. Sí, Cristiano Ronaldo va a ganar dicho título por eso. Su impresionante capacidad individual forma parte de un tramado de talentos insobornables como los de Tevez, Rooney, Gigg, Scholes o Nani, jugadores que por sí solos tienen la virtud de no rebasar la dirección orquestal de un técnico como Don Alex Ferguson. Sin embargo, el hecho de restarle mérito a un jugador cuya capacidad de gozo enaltece el futbol como anarquismo radiante, es ignorar la dimensión que tiene un torneo de futbol como el torneo olímpico. Lionel Messi consiguió lo que muchos, pero muchísimos jugadores, no han podido conseguir: recibir una medalla que lo ponga en esa dimensión de semidioses donde el deporte tiene la etiqueta de hazaña heroica. Es decir, en el Olimpo. Cristiano Ronaldo tendrá que atravesar el turbulento río del recambio generacional en la selección lusitana. Su apostura de arcángel de pasarela, su celebración de presumible desdén al otro y sus indiscutible técnica individual, tendrá en el futuro un ineludible tour de force cuando se encuentre solo, sin la cerebral elegancia de casi todos los miembros de la generación precedente. Hace unas semanas apenas, Brasil hizo de un amistoso contra Portugal un carnaval de tiros, paredes, autopases y vértigo. Cristiano Ronaldo parece que ha llegado a su tope emocional y es inevitable catalogarlo como un jugador infantil, genial pero infantil. Messi también ha llegado a ese grado de madurez celebratoria y afirma que Cristiano Ronaldo se merece cualquier título porque es brillante. Messi seguirá creciendo y seguirá emocionando como hasta hoy, con esa portentosa humildad que lo engrandece y esa gigantesca virtud de tener el balón a pesar del mundo, que empequeñece a los otros.

Daesu