viernes, 25 de enero de 2008

Copa Africa: la otra cara


El periodismo deportivo boliviano si por algo ostenta una debilidad y una mediocridad admirable es justamente porque se trata de una práctica que no posee una fuerte tradición escrita. En palabras simples y llanas: no tenemos, me atrevería a afirmar nunca tuvimos, una prensa deportiva escrita que roce lo legible y de fuerte actitud crítica. No, por el contrario, tenemos una prensa que se empalaga y nos empalaga en el fango de la coyuntura. Tenemos un periodismo deportivo que venera e idolatra al poderoso de turno (a Claure, por ejemplo). Para sacudirnos de esa práctica desprolija les ofrezco un sabroso e inteligente texto de Ezequiel Fernández Moores (del blog de La Nación) quien explora los meandros del fútbol africano. Sin más comentarios les invito a descender al texto...


Las fotos publicadas en los diarios diez días atrás mostraban a los niños mirando extasiados a Lionel Messi. Para ellos, ganadores del mayor concurso de búsqueda de talentos futbolísticos del mundo, Messi es un Dios que los más afortunados veían por Al Jazzeera, otros en la Play Station y la mayoría en sus sueños. Son 24 jugadores nacidos en 1994 elegidos entre unos 750.000 jóvenes de 700 poblados de Camerún, Nigeria, Senegal, Ghana, Sudáfrica, Kenia y Argelia para ser entrenados en Qatar. La Academia Deportiva Aspire, que invitó a Messi a Qatar, es propiedad de la estatal Qatar Investment Authority (QIA), que posee 50.000 millones de dólares e invierte en el deporte para colocar al pequeño emirato árabe en el centro de la escena.


QIA ya se adueñó con dinero de numerosos atletas africanos y de la organización de torneos internacionales. La capital Doha aspira a ganar la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y Qatar, junto con Dubai, ambiciona el Mundial de fútbol de 2018. Johan Cruyff pidió el lunes una sanción para Messi por haber viajado a Qatar sin permiso del Barcelona. Mejor sería que alguien pudiera explicarle a Messi qué es realmente la millonaria Academia Deportiva Aspire.

"Aspire nos ofrece un buen ejemplo de... explotación", respondió el propio Joseph Blatter, presidente de la FIFA, a una carta que le enviaron, preocupados, cinco miembros del Parlamento Europeo. Jean-Claude M?Bourmin, presidente de la organización francesa Culture Foot Solidaire, pidió a Blatter que obligue a Aspire a interrumpir "un proyecto que viola los reglamentos de la FIFA" sobre protección a menores de trece años de edad. Aspire, seguramente, es la Academia mejor dotada en la reclutación de jóvenes talentos africanos. Sólo en Accra, capital de Ghana, donde comenzó este fin de semana la 26° edición de la Copa Africa, funcionan unas 500 academias de fútbol, a las que llegan niños de Burkina Faso, Nigeria, Níger, Liberia, Malí, Camerún y otros países, que sueñan con lograr un pasaporte falso por cien dólares para ir a Europa. Esas academias llevan nombres como "Hijos de Moisés" o "Amantes de Cristo" y son sólo algunas de las miles esparcidas en Africa. "Familias pobres pagan para que sus hijos dejen la escuela e ingresen a estas academias, en un tráfico cada vez más preocupante", dice Heather Kerr, de Save the Children. La ex ministra de Deportes de Francia, Marie Georges Buffet, denunció que la mayor parte de esas academias son ?corruptas?


En Ghana, que no es justamente uno de los países más pobres de Africa, una tercera parte de la población ?vive? con menos de un dólar por día. La salvación es ser como Michael Essien, del poderoso Chelsea inglés y cuyo retrato domina hoy las calles de Accra. O emular al capitán Stephen Appia, cuya madre vendió hace años el televisor para que su hijo ingresara a una academia, sin quejas de las hermanas, hoy felices porque el dinero ganado por Stephen en clubes europeos les permite vivir en hoteles cinco estrellas. 210 de los 368 jugadores de la Copa Africa juegan en equipos de 22 países europeos. Son clubes que se quejan cada vez más porque la Copa Africa les saca a sus jugadores en pleno campeonato. ?Ningún equipo europeo puede estar liderando una liga si no tiene jugadores africanos?, afirma el alemán Lothar Matthaeus. Costa de Marfil tiene 7 campeones actuales de ligas europeas. El caso de Quincy Owusu-Abeyie, ex Arsenal y ahora en Celta, quien nació y jugó para la selección Sub 21 de Holanda sentó un precedente. La FIFA lo autorizó a jugar en esta Copa Africa para Ghana, a fin de proteger de alguna manera el vaciamiento de la cantera africana. Ocho de las 16 selecciones que juegan la Copa tienen jugadores nacidos en Francia y dos de ellos fueron inclusive campeones Sub 17 con Francia en 2001. Ghana no quiere perder jugadores como Marcel Desailly, adoptado por un diplomático francés cuando tenía cuatro años y campeón mundial con Francia en 1998. Africa, que sólo pudo ingresar a los Mundiales de la FIFA en 1974 con una plaza y jamás superó por ahora los cuartos de final, confía en dar el gran golpe en Sudáfrica 2010, en su propia tierra. Algunos especialistas, sin embargo, temen que la cada vez más temprana "europeización" arruine la habilidad que destaca a muchos jugadores de Africa, donde todavía hay potreros.
Los jugadores que se quedan en Africa sólo ganan 200 dólares por mes, soportan canchas desastrosas, viajes de doce horas en buses precarios y carecen de asistencia médica. Aún así, son acaso privilegiados en el continente más pobre de un planeta que asegura ser hoy más rico, algo que Africa no percibe. Por eso, irse a Europa es la salvación. Como sea. En una embarcación clandestina que hace un año arribó a Tenerife con 130 africanos, la mayoría deshidratados, quince de ellos eran juveniles que supuestamente iban a una prueba en los clubes Real Madrid o Marsella. Lo contó un informe notable publicado hace unos meses por The Observer, que recorrió academias de Ghana y Costa de Marfil, el 90 por ciento de las cuales, aseguró, están en manos de gente inexperta, que saca dinero a familias pobres y promete viajes a Europa que sólo pueden realizarse de modo clandestino. Hay academias más renombradas, como la de Pepsi en Nigeria, donde surgió Jon Obi Mikel, por quien Chelsea y Manchester United cruzaron abogados y amenazas dos años atrás. Ajax y Feyenoord tienen academias en Ghana, igual que Paris Saint-Germain y Monaco. Manchester United compró un equipo sudafricano de Segunda. Un bufete de abogados españoles ofreció ?la cantera de Nigeria?. Y en Abidjan, Costa de Marfil, Africa Subsahariana, donde están 39 de los 42 países en los que se registra el 90 por ciento de la mortalidad infantil en el mundo y la expectativa de vida no pasa los 40 años, las academias son controladas por empresarios libaneses que antes se dedicaban a la explotación de diamantes. Ahora explotan pibes. Los diamantes sangrientos africanos han financiado guerras civiles, miseria y corrupción, como lo reflejó un filme con Leonardo Di Caprio y que provocó protestas del Consejo Mundial de Diamantes con sede en Amberes, especialmente porque su estreno a fines de 2006 afectó las ventas de esa Navidad.

¿Qué pasa con los miles que sobreviven a un viaje inhumano que puede costarles mil euros y llegan a Europa con pasaporte falso pero con el sueño o la promesa de probarse en un club europeo? ?Muchos niños de apenas catorce años llegan inclusive en avión con visas de un mes. No vuelven por verguenza, porque su familia invirtió dinero para que ellos sean la salvación y terminan en las calles, la droga y el delito, mientras que hay agentes que ganan hasta 3.000 dólares por niño?, dice Mbvoumin, de Culture Foot Solidaire. Hace unos años, la prensa recogió la historia de un niño que terminó prostituyéndose en Bélgica. Hoy se leen historias de niños africanos que deambulan por la periferia de París o que inclusive fueron llevados a jugar a Camboya, bien lejos del sueño europeo. Un informe publicado a fines de 2007 por el periodista Diego Gueler en La Nación Revista cuenta las dramáticas historias de los jóvenes que buscan cruzar los 90 kilómetros para llegar a Fuerteventura, la isla del archipiélago de las Canarias más cercana a África. De 1994 a 2007, más de 70.000 personas intentaron el cruce. Europa los devuelve de modo cada vez más fulminante. Sólo quiere a sus futbolistas, para cuyo rápido retorno dispone inclusive un vuelo charter. De esos 70.000 que intentaron el cruce, 1.167 desaparecieron o murieron sólo en 2006, aunque otros informes hablan de 7.000 muertes. "Europa no puede asumir toda la miseria del mundo", se queja el banquero Jacques Delors, que no habla por supuesto del colonialismo, los diamantes y las guerras o los golpes de estado fabricados desde el Primer Mundo, como aquel de Guinea Ecuatorial que implicó hace unos años a Mark Thatcher, hijo de la ex premier inglesa.


En noviembre pasado volvía de Europa en avión. La portada del diario madrileño El País contaba la historia de Friday T., un niño nigeriano de 14 años que sobrevivió catorce días con temperaturas asfixiantes de día y heladas en la noche infiltrado en el eje de un timón de un barco petrolero que le permitió llegar a España. John, uno de sus otros cuatro compañeros que compartieron ese metro cuadrado de espacio, soportando hambre, sed, olas y mareos, cayó al mar y murió. Friday T. fue descubierto en Las Palmas. Y sus primeras palabras a la prensa fueron: "Quiero jugar al fútbol y ser como Messi".

1 comentario:

Roberto Parrottino dijo...

Hace un tiempo te tengo entre mis espacios favoritos. Y, ahora, quiero destacar tu mención. Esa nota me dejo con un fuerte palpetazo a la especie humana por la forma de cerrarla. Está bárbara.

Saludos desde Buenos Aires y te invito a pasar por mis artículos.